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La Seguridad del Paciente, una piedra angular en la prestación de la atención de salud, requiere de una manera intrínseca a su definición conceptual de  la evidencia científica. Esta relación simbiótica, fundamental para la mejora continua de la atención de salud, se sustenta en los pilares de la investigación rigurosa y la comunicación transparente del conocimiento. En un mundo impulsado por la información, la apertura y accesibilidad de la ciencia son imperativos. Sin embargo, el camino hacia la evidencia y la Seguridad del Paciente no siempre es fácil y está plagado de desafíos éticos y comerciales que amenazan el pleno acceso a la evidencia y que pueden tener impacto en la equidad de los cuidados de salud

La esencia de la Seguridad del Paciente reside en su sustento en una evidencia científica sólida. Estudios clínicos, revisiones sistemáticas y metaanálisis constituyen los cimientos sobre los cuales se construyen las mejores y más seguras prácticas y protocolos. La atención de salud  basada en la evidencia no solo guía la toma de decisiones clínicas, sino que también identifica áreas de mejora y promueve la adopción de enfoques más seguros y efectivos para el cuidado del paciente, en un contexto dinámico en el que constantemente se va generando nuevo conocimiento.

“La relación entre la Seguridad del Paciente y la evidencia científica es una sinergia vital que impulsa la mejora continua en la atención de salud”

 

La Ciencia Abierta y el acceso libre a la información desempeñan un papel crucial en esta ecuación. El movimiento hacia las publicaciones de acceso abierto (Open Access)  permite y facilita democratizar el acceso al  conocimiento científico, permitiendo que investigadores, profesionales de la salud y el público en general puedan acceder  a los últimos avances sin barreras financieras.

Sin embargo, este ideal de Ciencia Abierta se enfrenta a desafíos éticos y comerciales significativos. La presión para publicar en revistas de renombre, a menudo asociada con altas tarifas de suscripción o de proceso de los manuscritos, puede distorsionar los incentivos y las posibilidades  de los investigadores, priorizando la cantidad sobre la calidad y limitando el acceso a aquellos que no pueden costearlo. Este enfoque comercial de la comunicación  científica plantea serias cuestiones éticas sobre la equidad y la integridad en la difusión del conocimiento.

Para complicar más la cuestión, con demasiada frecuencia nos encontramos con investigaciones pagadas con fondos públicos que no son accesibles de manera libre al resto de la comunidad científica, o bien, tener que destinar una parte no desdeñable de los siempre escasos recursos económicos disponibles para la investigación a la comunicación científica de las investigaciones.

Tampoco ayudan a mejorar este escenario algunas políticas institucionales sobre evaluación de la productividad científica centradas en el supuesto impacto de las mismas en base a índices e indicadores manejados y controlados por grandes conglomerados con intereses comerciales en el tema, y antes los cuales no pueden competir las publicaciones científicas de las  sociedades científicas sin ánimo de lucro, que o bien acaban desapareciendo, o bien son absorbidas por estos conglomerados comerciales

“Los investigadores deben priorizar la calidad sobre la cantidad, centrarse en la integridad de los datos y buscar plataformas de publicación que fomenten la accesibilidad y la transparencia.”

 

La comunicación científica, a menudo planteada como un negocio editorial lucrativo, también contribuye a este panorama complejo. Las revistas científicas, muchas de las cuales propiedad de conglomerados editoriales, operan en un modelo de negocio de alta rentabilidad que a menudo implica altas tarifas de suscripción y acceso restringido a sus contenidos. Esta dinámica puede obstaculizar el flujo libre de información y socavar los principios de acceso equitativo y transparencia que son fundamentales para la Seguridad del Paciente.

En este contexto, es crucial reconocer la importancia de promover prácticas éticas en la investigación y la comunicación científica. Los investigadores deben priorizar la calidad sobre la cantidad, centrarse en la integridad de los datos y buscar plataformas de publicación que fomenten la accesibilidad y la transparencia. Los gobiernos y las instituciones académicas también tienen un papel importante que desempeñar al apoyar políticas que promuevan el acceso abierto,  la rendición de cuentas en la difusión del conocimiento científico y definir indicadores de evaluación del impacto de la investigación y de la productividad científica que midan realmente el impacto de la investigación.

En conclusión, la relación entre la Seguridad del Paciente y la evidencia científica es una sinergia vital que impulsa la mejora continua en la atención de salud. Sin embargo, esta relación está sujeta a desafíos éticos y comerciales que requieren una atención cuidadosa y un compromiso con la integridad y la transparencia. Al fomentar la Ciencia Abierta, promover el acceso equitativo a la información y abogar por prácticas éticas en la comunicación científica, podemos fortalecer esta conexión vital y avanzar hacia un futuro donde la Seguridad del Paciente sea verdaderamente universal.”

Y más que ver desde fuera esta problemática y considerarla como algo ajeno, es muy importante que los profesionales de la salud, tanto los creadores de contenido publicaciones científicas, como los consumidores de dichos contenidos, nos posicionemos apoyando de manera clara y decidida a quienes se comprometen con la Ciencia Abierta, al respecto os recomiendo este editorial  que bajo el título “Investigación en enfermería, sociedades científicas, comunicación científica, evidencia, impacto, cuartiles, acreditación, sexenios, bemoles, sentido común, cuidado de los pacientes y un agradable motivo de celebración” publique en la revista en abierto Gerokomos de nuestra sociedad científica GNEAUPP.

Si queréis aprender más sobre Ciencia Abierta os recomiendo el post   “Ciencia abierta y editoriales: Directrices TOP (Transparency and Openess Promotions)”  publicado en el blog BiblioGetafe de la Biblioteca del Hospital de Getafe, Madrid, en el que podréis aprender y profundizar acerca del contenido del presente post.

 

Joan Enric Torra i Bou

 

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