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Cada año, la Jornada Mundial para la Prevención de las Lesiones por Presión nos recuerda la importancia de implementar estrategias efectivas para reducir la incidencia de estas lesiones, evitables en un alto porcentaje de casos.

A nivel mundial, las lesiones por presión afectan a millones de personas cada año, con una prevalencia particularmente alta en poblaciones vulnerables, como personas mayores, pacientes inmovilizados o aquellos con enfermedades crónicas. Las diferencias en los recursos sanitarios entre países acentúan esta problemática, haciendo que la prevención sea un desafío mayor en contextos con recursos limitados.

A pesar de los avances en la investigación y la creciente evidencia sobre las mejores prácticas, persisten numerosas barreras que limitan la efectividad de los programas preventivos. Prueba de ello son los indicadores epidemiológicos.

 

lesiones por presión

 

Estas barreras tienen consecuencias significativas, tanto para los pacientes en su salud y calidad de vida como para los sistemas de salud y las instituciones, aumentando la carga económica, social y emocional asociada a estas complicaciones. Esto también impacta en los profesionales de la salud, cuyo objetivo es proporcionar cuidados de calidad.

La prevención de las lesiones por presión va mucho más allá de la celebración de una jornada al año. Es, o debería ser, una prioridad para el sistema de salud y las instituciones dentro de sus estrategias de Seguridad del Paciente. Las lesiones por presión son el evento adverso más importante relacionado con los cuidados de salud. Esta prioridad debe mantenerse las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año.

Para ello, es importante ser conscientes de las barreras a una prevención efectiva de las lesiones por presión y, de una vez por todas, implementar medidas para minimizarlas.

 

Barreras a la Prevención

  • Falta de conocimiento y formación insuficiente: Muchos profesionales de la salud carecen de formación específica y actualizada sobre la prevención de las lesiones por presión. Existe una brecha entre el conocimiento teórico y su aplicación en la práctica clínica diaria. Es fundamental que en los programas de grado de las diferentes disciplinas que integran el equipo transdisciplinar de salud se incluya una asignatura troncal sobre el abordaje preventivo y curativo de las diversas lesiones relacionadas con la dependencia.
  • Recursos insuficientes: La falta de acceso a dispositivos preventivos (como SEMP, apósitos preventivos, materiales para el cuidado de la piel y otros dispositivos de ayuda a la prevención), y la escasez de personal capacitado dificultan la implementación de intervenciones eficaces en muchos entornos asistenciales.
  • Carga de trabajo elevada: La alta proporción paciente-enfermero en muchas instituciones limita el tiempo disponible para realizar evaluaciones regulares del riesgo y para implementar cuidados preventivos. En instituciones sociosanitarias, la escasez o nula presencia de enfermeras dificulta o imposibilita un liderazgo adecuado en los cuidados preventivos.
  • Deficiencias en la comunicación interdisciplinaria: La ausencia de protocolos estandarizados, una comunicación ineficaz entre los equipos asistenciales o la gran variabilidad clínica pueden llevar a omisiones en la identificación temprana de factores de riesgo.
  • Dificultades en la adherencia del paciente: Factores como el dolor, la incomodidad, la falta de comprensión de las medidas preventivas o la ausencia de recursos, como las SEMP en entornos domiciliarios, dificultan la colaboración del paciente en su propio cuidado.

Impacto de la Falta de Prevención

  • En los pacientes: Las lesiones por presión se asocian con un aumento significativo del dolor, infecciones graves como celulitis o sepsis, disminución de la calidad de vida y, en algunos casos, la muerte.
  • Costos económicos elevados: El tratamiento de una lesión por presión es considerablemente más caro que su prevención. Esto incluye costos directos, relacionados con el tratamiento y hospitalización prolongada, e indirectos, como la pérdida de productividad laboral de pacientes y cuidadores.
  • En los profesionales de la salud: La aparición de lesiones por presión puede generar estrés moral en los profesionales, quienes perciben estas lesiones como un indicador de fallo en los cuidados. Además, incrementa el riesgo de problemas legales.
  • En el sistema de salud: La falta de prevención aumenta la presión sobre los recursos sanitarios, lo que afecta la capacidad de atender a otros pacientes y prolonga las listas de espera.

La Jornada Mundial para la Prevención de las Lesiones por Presión es un recordatorio crucial de que la prevención no solo es posible, sino esencial. Abordar las barreras existentes requiere una estrategia multifacética que combine educación continua, mejoras en los recursos disponibles, políticas públicas efectivas y colaboración interdisciplinaria. Invertir en prevención es invertir en la dignidad, el bienestar y la seguridad de los pacientes, además de ser un pilar fundamental para la sostenibilidad de los sistemas de salud.

En este día, y mientras existan pacientes con lesiones por presión, hacemos un llamado a todos los profesionales de la salud, gestores sanitarios y responsables políticos a redoblar esfuerzos para erradicar estas complicaciones, trabajando juntos hacia un futuro donde las lesiones por presión sean cosa del pasado.

 

Joan Enric Torra i Bou

 

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