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Hoy contamos con la colaboración de Edgar González Campos que nos habla de la seguridad del paciente e integridad cutánea en Iberoamérica.

Edgar González es ingeniero biomédico con dos máster con distinciones en Dirección y Administración en Salud e Ingeniería Administrativa y Calidad. Es profesor en la Universidad de Guanajuato y coordina el programa de Tecnovigilancia en el Hospital General de León, el hospital más grande del estado de Guanajuato en México. También forma parte del equipo encargado de la certificación en esta institución, contribuyendo al fortalecimiento de la calidad y la seguridad del paciente.

Con experiencia en la implementación de sistemas de gestión y en la capacitación de equipos multidisciplinarios, Edgar trabaja para mejorar los sistemas de salud mediante la innovación y el desarrollo de estrategias sostenibles. Su objetivo es generar un impacto positivo en su entorno local y construir redes de colaboración en el ámbito internacional, promoviendo el intercambio de conocimiento para avanzar en el sector sanitario. Edgar nos habla acerca del costo de no actuar en Seguridad del Paciente.

Muchas gracias Edgar, ¡¡adelante¡¡

Seguridad del paciente y cuidados de salud

En el ámbito de la atención sanitaria, la seguridad del paciente es un pilar fundamental para garantizar cuidados de calidad. Sin embargo, aún existen áreas críticas que requieren más atención, como la prevención y manejo de lesiones por presión, desgarros cutáneos e infecciones de heridas quirúrgicas. Estas condiciones no solo impactan la salud y bienestar del paciente, sino también generan costos significativos que podrían ser prevenidos con estrategias adecuadas.

“El hecho de no actuar de manera preventiva genera un ciclo de costos que podría ser reducido significativamente con la implementación de protocolos y capacitación continua.”

Los costos económicos de los eventos adversos

Un dato alarmante es que los eventos adversos, como las complicaciones asociadas a dispositivos médicos, pueden incrementar drásticamente los costos operativos, legales y reputacionales de las instituciones sanitarias. En muchas regiones de Iberoamérica, donde los sistemas sanitarios enfrentan constantes presiones para optimizar recursos, estos costos tienen un impacto directo en la calidad de la atención que se puede brindar.

Por ejemplo, prolongaciones en las estancias hospitalarias por infecciones de heridas quirúrgicas pueden representar hasta 5,000 euros adicionales por paciente. Además, las demandas legales asociadas a una atención deficiente pueden oscilar entre 25.000 y 100.000 euros por caso, una carga que no solo afecta las finanzas hospitalarias, sino también la confianza del paciente en el sistema.

El costo total de las úlceras por presión adquiridas en el hospital (Hospital Acquired Pressure Ulcers-HAPU en inglés) en los EE. UU. es de $26.8 mil millones. De manera similar, el costo total de las úlceras por presión para el Servicio Nacional de Salud (NHS) en Inglaterra se estima en más de £530 millones anuales. Estas cifras reflejan el impacto financiero significativo que generan estos eventos adversos, y destacan la necesidad de prevenirlos mediante estrategias efectivas.

Otro aspecto importante es el costo asociado a dispositivos defectuosos, que puede ascender a 2.500 euros por dispositivo no identificado a tiempo. Estos datos subrayan la necesidad de establecer mecanismos de prevención que permitan evitar estas situaciones.

Una llamada a la prevención

Aunque los sistemas sanitarios de la región son reconocidos por su calidad en muchos aspectos, aún enfrentan desafíos relacionados con la prevención de eventos adversos. El hecho de no actuar de manera preventiva genera un ciclo de costos que podría ser reducido significativamente con la implementación de protocolos y capacitación continua.

Más del 70% de los eventos adversos son prevenibles mediante estrategias bien diseñadas. La prevención no solo reduce los costos operativos, sino que también mejora la experiencia del paciente, disminuye su sufrimiento y fortalece la reputación de las instituciones sanitarias.

Un ejemplo concreto es la inversión en formación continua del personal sanitario, que puede marcar la diferencia al identificar a tiempo riesgos potenciales en pacientes vulnerables. Además, la implementación de sistemas de notificación estandarizados fomenta una cultura de aprendizaje, reduciendo la posibilidad de errores repetitivos. Estas medidas no solo benefician a los pacientes, sino también generan ahorros significativos para las instituciones a largo plazo.

Otro aspecto esencial es la implementación de tecnologías innovadoras que permitan un seguimiento más riguroso de los pacientes y los dispositivos utilizados en su tratamiento. Sistemas electrónicos para la gestión de incidentes, por ejemplo, facilitan el registro y análisis de datos, ayudando a identificar patrones y prevenir problemas recurrentes. Esta inversión no solo optimiza los recursos disponibles, sino que también contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario.

Enfoque en la seguridad del paciente

Es crucial reconocer que la seguridad del paciente no es un gasto, sino una inversión en la sostenibilidad del sistema sanitario. En el caso de la integridad cutánea, prevenir y manejar de manera adecuada lesiones por presión o infecciones quirúrgicas no solo salva vidas, sino que optimiza los recursos ya disponibles. Además, estas acciones fomentan una cultura de cuidado y prevención que puede marcar una gran diferencia en la práctica clínica diaria.

La colaboración interdisciplinaria también es esencial. Equipos médicos y de enfermería trabajando juntos pueden diseñar protocolos más efectivos y asegurar que cada paciente reciba la atención adecuada. Esto incluye desde el uso correcto de materiales hasta la revisión constante de los procedimientos implementados.

Fomentar una comunicación abierta entre los diferentes niveles jerárquicos dentro de las instituciones sanitarias también es clave. Crear espacios para discutir casos, identificar errores y proponer soluciones fortalece la cultura de seguridad y asegura que las lecciones aprendidas se integren en la práctica diaria.

Conclusión: Actuar hoy para prevenir mañana

La seguridad del paciente debe ser vista como una prioridad para garantizar la sostenibilidad de los sistemas sanitarios en Iberoamérica. Los costos asociados a los eventos adversos son evitables en gran medida, siempre y cuando se invierta en capacitación, sistemas de notificación y protocolos efectivos.

Como profesionales sanitarios, nuestra responsabilidad no solo es cuidar de los pacientes, sino también optimizar los recursos para garantizar que cada acción contribuya a un sistema más eficiente y equitativo. Actuar de manera preventiva no es opcional: es una decisión que puede salvar vidas y preservar el futuro del sistema sanitario.

 

Edgar González Campos

Referencias:

1.- San José Saras, D., Valencia-Martín, J. L., Vicente Guijarro, J., Moreno Núñez, P., Pardo Hernández, A., & Aranaz-Andrés, J. M. (2024, 1 de junio). Eventos adversos, un problema hospitalario costoso y evitable. Gestión y Economía de la Salud. Recuperado de https://saludbydiaz.com/2024/06/01/eventos-adversos-un-problema-hospitalario-costoso-y-evitable Recuperado de: https://saludbydiaz.com/2024/06/01/eventos-adversos-un-problema-hospitalario-costoso-y-evitable

2.- Meave Gutiérrez-Mendoza, L., Torres-Montes, A., Soria-Orozco, M., Padrón-Salas, A., & Ramírez-Hernández, M. E. (2015). Costos de eventos adversos graves en un Hospital Comunitario de Enseñanza en México. Cirugía y Cirujanos, 83(3),211-216.[fecha de Consulta 14 de Enero de 2025]. ISSN: 0009-7411. Recuperado de: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=66242705007

3.- Goodman JC, Villarreal P, Jones B. The social cost of adverse medical events, and what we can do about it. Health Aff (Millwood). 2011 Apr;30(4):590-5. doi: 10.1377/hlthaff.2010.1256.

4.-Gefen A, Alves P, Ciprandi G, Coyer F, Milne CT, Ousey K, et al. Device-related pressure ulcers: SECURE prevention. J Wound Care. 2020;29(Sup2a):S1-S52.

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