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En la era de la información digital, las figuras de los profesionales de la salud qué actúan, o pretenden actuar como influencers ha emergido como un fenómeno significativo. En algunos casos, estos profesionales utilizan plataformas digitales para influir en las prácticas y decisiones de otros profesionales de la salud.

El presente post pretende explorar el estado actual de conocimiento, así como las motivaciones, ventajas, inconvenientes y las implicaciones éticas y legales de este fenómeno emergente que se diferencia de la influencia acerca de aspectos relacionados con la salud a la población general

Los influencers se definen como personas con reputación de expertos en un área o tema concreto. Pueden clasificarse de varias maneras: por tipo de contenido, número de seguidores y nivel de influencia (1-2).

Los profesionales de la salud se pueden convertir en influencers por diversas razones, incluyendo el deseo de compartir conocimientos, mejorar prácticas de cuidado, establecer una presencia en la comunidad científica-profesional o simplemente darse a conocer o satisfacer su ego. Sin embargo, estas motivaciones pueden complicarse por intereses personales o comerciales (1-2).

Existen estudios científicos que analizan el impacto de los influencers sanitarios en la población general, especialmente en ámbitos como la salud mental (3), aunque la evidencia sobre su impacto en comunidades científicas y profesionales específicas es prácticamente nula (4).    

Cuando los receptores son profesionales  sanitarios, la influencia digital permite una rápida y amplia difusión de información. Esto es útil para diseminar nuevas investigaciones, técnicas innovadoras y prácticas de cuidado mejoradas,  pudiendo desempeñar un rol no desdeñable en la educación continua y la actualización de conocimientos. No obstante, existe el peligro de difundir información no basada en evidencia, lo que puede llevar a prácticas incorrectas o peligrosas.

Frases potencialmente peligrosas, y contra las que no pocos hemos luchado,  como “a mí me va bien” o “a mí me funciona”, son enfoques subjetivos que ignoran la necesidad de una base científica sólida.

 

Además, la extrapolación de experiencias individuales a contextos más amplios puede ser engañosa y dañina. En la atención de salud, la adopción de prácticas influenciadas por información no verificada puede afectar directamente la seguridad y el bienestar de los pacientes. Los errores en el cuidado o la adopción de terapias no probadas pueden resultar en daños irreparables.

Surge una  preocupación significativa cuando los consejos de un influencer contradicen o se desvían de la evidencia científica establecida sin una  justificación adecuada.Esto puede generar confusión y desvalorización de la investigación científica rigurosa, pudiendo poner  en peligro tanto a pacientes como a los propios  profesionales de la salud. La falta de evidencia acerca de algunas intervenciones también obliga a una máxima cautela, debe ser explicitada y los consejos deben fundamentarse.

Las redes sociales, aunque propicias para el debate, no son el espacio ideal para probar nuevas hipótesis o teorías; para ello se requiere del método científico. Los mecanismos para generar conocimiento científico aplicable en la práctica clínica incluyen la validación por la comunidad científica de referencia del método, el desarrollo y el análisis de los resultados mediante publicaciones científicas.

A pesar de que las redes sociales son sinónimo de inmediatez y, en muchos casos, superficialidad, el rigor científico requiere un alto nivel de profundidad que está en desacuerdo con la inmediatez temporal. Tanto en los canales habituales de comunicación científica como en los digitales, los profesionales de la salud tienen la obligación ética de proporcionar información basada en evidencia científica.

En los medios digitales, donde no existen filtros previos, las obligaciones éticas y legales se magnifican cuando un profesional de la salud asume el rol de influencer. Las implicaciones legales de difundir información incorrecta o engañosa pueden ser graves.

La Seguridad del Paciente, entendida como la prevención de eventos adversos y la prestación de cuidados de salud adecuados y seguros, debe ser la prioridad principal en cualquier práctica sanitaria. La influencia digital mal gestionada puede comprometer esta seguridad.Al hablar de las obligaciones de los influencers, también es necesario considerar a los “influenciados”. A estos últimos les corresponde, si desean incluir en su práctica clínica contenidos no validados científicamente, ser críticos constructivos con dichos contenidos. Esto implica cuestionarse el porqué, el cómo y el cuándo de la información y de los mensajes, y cuando estos cambien su práctica, como mínimo informar y solicitar la opinión y autorización de quienes reciben sus cuidados.

 

Tabla 1. Recomendaciones de buenas prácticas para profesionales de la salud influencers en las redes digitales

Buenas Prácticas Descripción
Verificación de información Asegurarse de que toda información compartida esté basada en evidencia científica y haya sido verificada por fuentes confiables.
Transparencia de conflictos de interés Declarar cualquier posible conflicto de interés relacionado con el contenido compartido.
Promoción del pensamiento crítico Fomentar entre los seguidores la habilidad de cuestionar y analizar críticamente la información.
Distinguir opinión de hechos Clarificar cuándo se está compartiendo una opinión personal versus información basada en evidencia.
Actualización continua Mantenerse actualizado con las últimas investigaciones y guías clínicas para asegurar la precisión del contenido.

Fuente: Elaboración propia

 

En la actualidad, la existencia de influencers en redes sociales es una realidad palpable que irá creciendo. Mirando hacia el futuro, es crucial establecer directrices claras y marcos reguladores para la influencia digital en la atención de salud. Los profesionales deben ejercer un escepticismo saludable y validar la información que reciben por canales digitales antes de adoptarla en su práctica. La colaboración entre plataformas digitales, instituciones de salud, sociedades científicas y profesionales, y organismos reguladores puede ayudar a garantizar que la influencia digital en la salud sea positiva, segura y basada en evidencia.

Tabla 2. Retos y recomendaciones finales en relación a los profesionales de la salud influencers de otros profesionales de la salud.

Retos Recomendaciones Finales
1. Riesgo de desinformación Promover la verificación rigurosa de la información antes de compartirla. Utilizar fuentes científicas confiables.
2. Presión de la popularidad en las redes sociales Priorizar el contenido educativo y basado en evidencia sobre las tendencias populares que puedan ser engañosas.
3. Influencia sobre prácticas no justificadas por la evidencia Abogar por prácticas basadas en investigación sólida y evitar recomendaciones anecdóticas.
4. Conflictos de interés comerciales Ser transparente sobre cualquier afiliación o beneficio comercial y evitar promociones que puedan comprometer la integridad profesional.
5. Efectos negativos en la salud de los pacientes Consultar guías clínicas y protocolos establecidos antes de recomendar tratamientos o prácticas de salud.
6. Pérdida de credibilidad profesional Mantener una conducta profesional en todas las comunicaciones y publicaciones en redes sociales.
7. Desafíos éticos y legales Conocer y adherirse a las normativas éticas y legales pertinentes en la comunicación de salud en línea. Asegurar la propiedad intelectual y los derechos de imágenes o contenidos externos reproducidos.
8. Inmediatez vs.  rigor Científico Equilibrar la rapidez de la comunicación digital con la necesidad de precisión y rigor científico.
9. Espíritu crítico por parte de los consumidores Necesidad de mantener un espíritu crítico con los contenidos que se alejan de su desarrollo en base al método científico
9. Sobresaturación de Información Contribuir con contenido significativo y educativo, evitando añadir ruido innecesario a las conversaciones/discusiones online..
Fuente: Elaboración propia

De la misma manera que no se le pueden poner puertas al campo, no se le pueden poner puertas  al auge de los influencers y a la comunicación sobre temas relacionados con la salud  en las  redes sociales, ahora bien, una serena reflexión acerca de los pros y los contras de este fenómeno, pueden ayudarnos para aprovechar sus innumerables ventajas en tres dimensiones:

  • Mejorar el conocimiento de la población acerca de determinados problemas o condicionantes de salud.
  • Mejorar la práctica clínica de los profesionales de la salud.

  • Mejorar la Seguridad de los Pacientes.

A modo de reflexión final, me permito reproducir  literalmente una cita de Natalia Velilla Antolín (5) , que aunque dirigida a los influencers que se dirigen a la población en general desde redes sociales como  blogs, Instagram y TikTok , creo que en cierta manera  también sería aplicable a los influencers dirigidos a profesionales de la salud.

“ (…) En determinados sectores profesionales surgen quejas de intrusismo de personajes populares que se permiten divulgar contenidos sobre los que no han estudiado o no han profundizado lo suficiente y que ofrecen información a menudo errónea e incluso peligrosa, sin que existan herramientas eficaces de control para evitarlo. En algunas ocasiones, cuando alguien con conocimientos en una determinada materia rebate argumentos falaces de quienes agrupan centenares de miles de seguidores, sufre la airada defensa de estos, como si de adeptos a una secta se tratara.”

 

¡¡El debate está servido!!
Joan Enric Torra i Bou

(Imágenes generadas con Dall.e)

 

Referencias

(1): What is an influencer?-Social media influencers defined (updated 2024) (Consultado el 6-01-2024).

(2): Types of Social Media Influencers: Mega, Macro, Micro or Nano. (Consultado el 6-01-2024).

(3): Pretorius C, McCashin D, Coyle D. Mental health professionals as influencers on TikTok and Instagram: What role do they play in mental health literacy and help-seeking?. Internet Interv. 2022;  Nov 18;30:100591. doi: 10.1016/j.invent.2022.100591.   Disponible en abierto.

(4): Powell J, Pring T. The impact of social media influencers on health outcomes: Systematic review. Soc Sci Med. 2023;  Dec 5;340:116472. doi: 10.1016/j.socscimed.2023.116472. Epub ahead of print.   Disponible en abierto.

(5): Velilla N. La crisis de la autoridad. Arpa&Alfil Editores, Barcelona: 2023. Pág. 63. ISBN: 978-84-19558-24-4.

 

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