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Hoy contamos con una enfermera muy singular y llena de energía, Josefina Arboledas, de Úbeda Jaén. Los que tenéis una cierta edad os acordaréis de un personaje de dibujos animados que se llamaba la  “Hormiga atómica”. Pues yo en mi querida Fina veo una especie de “la enfermera heridóloga atómica”. Recordad, ¡¡Contra el cuidar las heridas mal!!, ¡¡la enfermera heridológica atómica!!

 

Josefina, háblanos un poco de tí.

Hola, soy enfermera. Terminé los estudios de enfermería en el año 1987, desde entonces, he trabajado en distintas unidades de Hospitalización y de Atención Primaria. Durante 7 años estuve como enfermera en urgencias del Hospital de Úbeda y me llamaba la atención cómo llegaban personas portadoras de heridas crónicas (de etiología venosa, arterial, por presión, humedad, dehiscencia, etc.) con diversas patologías concominantes.

Al entrevistarme con los  pacientes y con las personas que los cuidaban, muchas veces  las heridas eran catalogadas como “de mala suerte” “imprevisibles” “irremediables” y “asumidas”. El tratamiento aplicado era el mismo que el de una herida aguda: antiséptico, tipo povidona Iodada, peróxido de hidrógeno y apósito de gasa. Ante la imposibilidad de seguimiento por parte del servicio de urgencias, la base terapéutica era asumida como adecuada.

Recuerdo el caso de una mujer pluripatológica, que permanecía inmóvil casi todo el día, probablemente con deterioro de la nutrición por defecto, al tener dificultad para tragar y que era portadora de una lesión crónica en zona sacrocoxígea, con el lecho necrótico, profundo, maloliente y qué al destaparle las gasas y el apósito, se observó la existencia de gusanos. En aquel momento lo único que pensaba era, ¡pobrecilla!, llegar así en ese estado; y claro: si no se mueve, ni come, ni se queja! (yo en aquel momento llegué a pensar que la situación de aquella mujer era irremediable) y recuerdo la cara de sufrimiento de la cuidadora y de la gravedad de la situación (se me quedó tan grabada en mi retina, que al cerrar los ojos aún la recuerdo, e incluso puedo percibir su hedor).

El panorama  cambió por completo desde mi perspectiva enfermera, al aceptar el cargo de  supervisora de una Unidad de Medicina Interna. Observaba a veces, que al ingreso de algún paciente y tras valoración del estado de la piel, éste estaba íntegro, pero que al poco tiempo aparecía alguna zona enrojecida y que en pocas horas o al día siguiente, el eritema tenía un color más oscuro; entonces empecé a investigar y contacté con el GNEAUPP. Me descargué una serie de documentos sobre úlceras por presión y heridas crónicas que existían hasta ese momento; también pude constatar la existencia de un amplio abanico de apósitos basados en la cura húmeda, tanto para la prevención como el tratamiento.

En el 2006 me trasladé a Atención Primaria y continué con la misma línea (porque la cabra tira al monte): siendo referente en heridas del AGS Jaén-Nordeste. En una Escuela de verano del GNEAUPP, celebrada en Baeza me dieron una buena noticia,  ¡me habían propuesto  incluían como miembro del Comité consultivo del GNEAUPP!.

Desde entonces me acredité y reacredité  como experta “excelente” en UPP y otras HC por el GNEAUPP.

En el 2015, tras la propuesta del GNEAUPP y de la Estrategia de cuidados de Andalucía para la implementación de la figura de las enfermeras de práctica avanzada en el cuidado de heridas crónicas (EPAHCC), nos reunimos con mi buen amigo  Juanfran Giménez y Paco de Haro, con el objetivo de elaborar el 1º borrador de las EPAHCCs, coordinado por Francisco Pedro García. Desde entonces hasta Diciembre de 2021 he desempeñado mis funciones como EPAHCC en el Distrito Jaén-Nordeste, hasta esa fecha y en la actualidad estoy trabajando como Subdirectora del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada -algo que “a priori” no estaba contemplado por mí-, pero fue una llamada de teléfono de un directivo de este hospital, quien dada mi trayectoria profesional, universitaria, formativa e investigadora me dijo que querían incluirme en su equipo directivo. En un principio no acepté, pero al comentarlo con mis hijos me animaron porque siempre había comentado que si tuviera algún cargo en la gestión podría mejorar los cuidados de las personas que acuden al Hospital. ¡Y aquí estoy! ¡¡aceptando un nuevo reto sin olvidar mis raíces¡¡

“En primer lugar,  ¡la enfermería nos lo tenemos que creer!, es un constante camino de demostrar que lo que hacemos es lo correcto!: “zapatero a sus zapatos”: que un cirujano que no está formado en heridas sabe de cirugía y de heridas agudas,  pero no de curar heridas crónicas! Y que las enfermeras debemos seguir luchando para que se nos de nuestro hueco. El reto más importante: trabajar en equipo solo y exclusivamente para el bien del paciente, dejando de lado “los egos”.”

 

¿Qué relación tienes con el mundo del cuidado de las personas con heridas?

¡Desde el 1998 han formado parte de mi vida! He conseguido tratar con evidencia científica y aplicando la técnica “de la mosca coj….” salvar miembros inferiores, acelerar el proceso de cicatrización de personas con heridas crónicas complejas de 20 años de evolución (algunas personas habían nacido con la herida); También he llamado personalmente a especialistas de diversos Hospitales para “salvar una pierna”, o lo que para mí es lo mismo,  “salvar una vida”.

 

¿Cómo entraste en  el mundo del cuidado de las heridas?

En la Unidad de MI, donde desempeñaba mis funciones como supervisora, nos visitaban personas de la industria y uno de los visitadores me invitó a asistir a un congreso que se celebraba en Gijón, el congreso de la Sociedad Española de Enfermería Geriátrica y Gerontológica (SEEGG) en 1999 y accedí a ir. En aquella época mis hijos, por cierto ¡¡tengo trillizos!!,  tenían apenas 7 años y ¡qué valiente fui! (pensé en aquel momento), porque eran pequeños y nunca me había separado de ellos y a tanta distancia!. El visitador que me recogía, venía desde Sevilla con siete sevillanos (yo era el 8º pasajero), me recogieron en una gasolinera de Bailén y no conocía a ninguno de los otros siete.

Los sevillanos tienen una “gracia especial”, afirmaban que Jaén pertenecía al Noreste de Sevilla; seis de ellos eran más mayores que yo y con un amplio bagaje en el mundo de las heridas. Decir que fue una experiencia enriquecedora y de aprendizaje brutal: ver de primera mano a ponentes tan famosos como Javier Soldevilla, Teresa Segovia, Joan Enric Torra, José Verdú, Chuchy y Fernando… ¡fue como “tocar el cielo”!.

Cuando volví a Úbeda revolucioné la Unidad donde trabajaba y el Hospital entero, implementamos protocolos y procedimientos en prevención y tratamiento de heridas crónicas, elaboramos una guía de bolsillo avalada por el GNEAUPP el año 2003, organizamos las 1ªs Jornadas Andaluzas Multidisciplinares en UPP y otras HC en 2007, impulsamos la formación y la investigación. Así, poco a poco conseguimos que los profesionales del Hospital de Úberda y de su ámbito de influencia adoptaran medidas para la prevención y el tratamiento de las lesiones crónicas.

 

¿Cómo has visto y sentido la evolución del mundo del cuidado de las personas con heridas en tu trayectoria profesional?

Pienso que es como todo; uno debe estar sensibilizado con el sufrimiento de los pacientes con heridas y de las personas que los cuidan, enfatizar con ellos, con empatía y tratarlos como si de uno mismo o de un familiar se tratara. Si en el día a día uno no reflexiona, no se pregunta porqué ocurre, no investiga ni se forma, difícilmente llegaremos a hacer lo correcto; porque el paciente te lo da todo,  su alma, cree en el profesional que le atiende y tiene el derecho de recibir los mejores cuidados. Hay que desechar de nuestro argot las consabidas frases  “a mí me va muy bien” “toda la vida se ha hecho así” porque lo que hoy es evidente puede que mañana sea rechazado por falso.

Gracias a mi forma de ser, mi humanidad, mi especial sensibilidad he ido descubriendo el alma de las heridas; no se trata de una lesión simplemente, es una persona con una herida, que sufre, que tiene limitadas sus actividades, que siente y padece, que experimenta dolor, incertidumbre, desconfianza…

 

¿Cuál crees que es tu contribución o logro más importante en el mundo del cuidado de las personas con heridas?

Conseguir casi siempre lo que me propongo!: para mí no existen obstáculos y conseguir que una persona sea feliz! Aunque tenga que contactar con el mismo conejero/a ministro/a  de Sanidad!. He sido y soy referente de heridas en el AGS Jaén-Nordeste. Conocida a nivel Nacional y sobre todo accesible casi las 24h/ 7 días a la semana. He sido facilitadora, me han visto como una oportunidad porque han experimentado mis compañeros, pacientes, cuidadores que trato a las personas con toda mi alma y mi corazón, y sobre todo, ¡¡me he sentido correspondida¡¡

 

¿Cuál es la experiencia con un paciente que más te ha impactado o que quieras compartir?

Han habido muchas, pero por nombrar alguno (desde la evidencia,  el corazón y la cercanía personal),  impedí que mi padre se reinterviniera de un injerto tras extracción de un sarcoma de cuero cabelludo; le dieron de alta con un fracaso de 1º injerto con necrosis y conseguí que reepitelizara sin necesidad de nueva intervención quirúrgica.

Otro caso de una mujer en Úbeda, con una lesión en pierna de 18 años de evolución, con una extensión de 18X5 Cm en zona lateral, con biofilm, pseudomonas y bacterias multirresistentes; conseguimos epitelizarla  en 3 meses; para ello tuve que aplicar terapia de lavado a presión y desbridamiento, y cuando el lecho estaba limpio, contacté con el Jefe de servicio de la Unidad de multisistémicas del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, para que un equipo multidisciplinar decidiera tratamiento, y en 7 días la intervinieron en cirugía plástica con un injerto que tras el alta traté mimando la zona.

 

¿Hay alguna anécdota  en relación al cuidado de personas con heridas que te gustaría contarnos?

La de mi padre, que aun diciéndole al cirujano que no hacía falta reintervenir para otro injerto en cuero cabelludo, nos citó para preoperatorio y al ver que había epitelizado la lesión solo se le ocurrió decir: “vale Javier, nuestro duelo ha terminado”; aunque quedó sorprendido del cierre de la herida no preguntó la terapia que había seguido.

Otra anécdota ha sido conmigo misma como paciente; actualmente por un proceso de enfermedad me han tratado con radioterapia (15 sesiones), he finalizado hace 10 días y las recomendaciones de la enfermera fueron: piel limpia, gel suave, nada de cremas. Pero yo tras la limpieza de la zona a tratar me aplicaba película barrera; algo que incomodó a la enfermería y al médico, porque decían que ellas llevaban tratando la piel desde siempre y yo como enfermera no tenía sus conocimientos. Tuve que decirles que mis conocimientos eran de una enfermera especialista, que desde el 1998 me había formado en el cuidado de la piel y había tratado todo tipo de heridas; tras cada sesión me aplicaba hidrogel frío en apósito y Reoxcare gel; hasta el día de hoy mi piel tratada está íntegra.

 

¿Cuál crees que es el reto más importante que tenemos hoy en día en el cuidado de las personas con heridas?

En primer lugar,  ¡la enfermería nos lo tenemos que creer!, es un constante camino de demostrar que lo que hacemos es lo correcto!: “zapatero a sus zapatos”: que un cirujano que no está formado en heridas sabe de cirugía y de heridas agudas,  pero no de curar heridas crónicas! Y que las enfermeras debemos seguir luchando para que se nos de nuestro hueco. El reto más importante: trabajar en equipo solo y exclusivamente para el bien del paciente, dejando de lado “los egos”.

 

¿Cuál es tu asignatura pendiente en relación con el cuidado de personas con heridas?

Actualmente desde mi situación como gestor del hospital, seguir avanzando, luchando y ser líderes en el cuidado de las personas con heridas, tanto en su prevención como en el tratamiento.

 

¿Cómo ves hoy en día la Seguridad del Paciente relacionada con la integridad cutánea?

Queda mucho camino por recorrer. La seguridad del paciente es una prioridad: informarles ofrecerles las mejores opciones terapéuticas existentes y contar con su opinión.

 

¿Qué le recomendarías a un futuro profesional de tu disciplina que se esté iniciando o formando en relación con el cuidado de personas con heridas?

Que no “tire la toalla” ante profesionales incompetentes; que sean líderes, que sirvan de ejemplo de los cuidados, que actúen con evidencia científica y con el corazón!,  que personalicen sus cuidados y que cuenten con los pacientes y las personas que los cuidan. ¡Que el mundo de las heridas es fascinante y muy gratificante!, que contacten y participen activamente con sociedades científicas el GNEAUPP. Y por supuesto: ¡Mucha formación en conocimientos de heridas y en habilidades sociales y comunicativas!.

 

¿Te gustaría explicarnos algo más de tu vivencia con el cuidado de personas con heridas  o sencillamente algo más que quieras compartir?

 Que tratamos con personas, que nos lo entregan todo,  su cuerpo, su confianza y su vida. Cuando pasas por una situación como “paciente” te das cuenta de todas las cosas que hacemos bien o mal profesionalmente.

 

¿Qué piensas acerca del proyecto “Heridólog@s con alma”?

Un proyecto fascinante, humano, sensible y de una importancia crucial, porque una curar a una persona con heridas herida sin alma no se concibe. ¡Enhorabuena por la iniciativa!

 

¿Cómo y cuándo conociste a Joan Enric?

La primera vez que lo vi fue en 1999 en el Congreso de Gijón de la SEEGG. Más tarde, personalmente en el Simposio del GNEAUPP en Granada en el 2002; como subdirector del GNEAUPP; allí entregué el borrador de la guía de bolsillo de UPP y HC que más tarde se publicó, en el 2003, y al cuál acudió junto con Javier Soldevilla. Lo que más le caracteriza, aparte de su sabiduría, fortaleza y conocimientos es su parte humana y su gran sentido del humor. Gracias Joan Enric por estar siempre ahí! No cambies nunca! Y como siempre digo: detrás de un gran hombre hay una buena mujer!, esto lo digo por María, a quién también tengo el gusto de conocer.

 

Finalmente, y como que afortunadamente no todo son personas con heridas en la vida….., ¿te gustaría compartir alguna información adicional a continuación? Algo que muy pocos sepan de tus otras vidas aparte de cuidar a pacientes con heridas.

Pues que soy con mucho orgullo hija de unos padres maravillosos,  han sido mi ejemplo en la vida, humildes, humanos y cercanos. Mi padre practicante de un pueblo de la provincia de Jaén, muy querido entre sus ciudadanos y mi madre, enfermera consorte, con escasos estudios académicos pero con mucha inteligencia emocional. En diversas ocasiones tuvo que realizar labores como enfermera.

Y….madre de trillizos (una herencia de mi tatarabuela), orgullosa de los tres como hijos, nietos y hermanos; guapísimos (por dentro y por fuera) y los tres excelentes profesionales de la actividad física y del deporte.

 

Recomiéndanos una canción/música…. (haremos una lista de Spotify)

Nos sobran los motivos, Joaquín Sabina, porque es de Úbeda. Una canción, “Ocupen su localidad-Hoy puede ser un gran día”, ¡¡dos grandes genios juntos, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat en directo!!

 

Recomiéndanos un libro. Justifica por qué lo recomiendas.

 El caballero de la armadura oxidada (Robert Fisher). Con la ayuda de diversos personajes, como el mago Merlín, un escudero y diferentes animales, emprende un viaje de autoconocimiento y crecimiento personal para liberarse de la armadura que lo aprisiona, enfrentando sus miedos y aprendiendo valiosas lecciones de vida.

 

Recomiéndanos un lugar especial.

El Balneario de Arnedillo, en la Rioja, un lugar que me une al cuidado de las  heridas, al GNEAUPP  y a grandes amig@s.

 

¡Muchísimas gracias Fina¡

 

Joan Enric Torra i Bou

 

 

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