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Podremos hablar de una cierta “normalización” de la Enfermería, el día que no sea una anécdota, si no un hecho constatado y totalmente normal, en el que las enfermeras ocupen cargos de alta responsabilidad en las altas esferas de las estructuras gubernamentales de salud, este es el caso de mi querida amiga Juanita Jiménez. Juanita es una gran enfermera, con una gran trayectoria clínica y de gestión que la llevó a la posición más alta de la enfermería mejicana en la Secretaria de Salud de los Estados Unidos Mexicanos. Allí  la Dra. Juanita Jiménez  trabajó mucho en pro de la enfermería y la ciudadanía, y uno de sus múltiples legados, con un gran impacto para la enfermería y la ciudadanía mexicanas, es sin lugar a dudas, la definición, implantación y consolidación del modelo de clínicas de heridas en los diferentes proveedores del Sistema de Salud Mexicano.

Para hacernos una idea, México es un país que cuenta con algo más de 125 millones de habitantes, y en el hay más de 300 Clínicas de Heridas interdisciplinares, lideradas la mayoría de ellas por enfermeras.

Tuve la oportunidad y el privilegio de conocer a Juanita y a su incansable equipo,  dando soporte a nuestros colegas mexicanas  en el proceso de implantación de las clínicas de heridas, tanto en la formación clínica de sus integrantes, como en la formación avanzada a las líderes de estas clínicas, sin lugar a dudas, una de las aventuras más apasionantes y gratificantes de mi vida profesional en el mundo de las heridas.

Es sin lugar a dudas un gran placer contar hoy en heridolog@s con alma con el testimonio de la Dra. Juanita Jiménez, alguien que nos ha demostrado que tener a enfermeras en puestos clave de gestión es doblemente bueno, para la población, para la enfermería, y en el caso que nos ocupa, para que muchas enfermeras y profesionales de otras disciplinas puedan curar con el alma a personas con heridas. Les dejo pues con Juanita.

 

Juanita, háblanos un poco de tí.  

Soy Juana Jiménez Sánchez, enfermera, mexicana por nacimiento y muy orgullosa de ese origen, pero no puedo dejar de sentir que soy también ciudadana de otros países, especialmente los de habla hispana que son parte de esa comunidad de enfermería que nos hermana en profundos y muy ambiciosos proyectos que nos permitan ver una enfermería fortalecida y desarrollando a plenitud todo ese potencial que la caracteriza.

Mis estudios de enfermera tienen antecedentes en una formación técnica, primero porque en México, apenas se había iniciado la formación de licenciatura (1967). Yo ingresé a una de las escuelas más prestigiadas del país, la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1969 y la gran mayoría iniciábamos estudios después de concluir la educación primaria y secundaria (9 años). En tanto que para la carrera profesional se requerían otros tres años de bachillerato.

Como técnica en enfermería hice dos cursos de capacitación en pediatría y en cuidados intensivos, que para esa época en que no existían los posgrados, se reconocían como “especialidades”. Hice además diplomado en administración para ocupar el puesto directivo operativo de jefe de servicio.

Tuve una formación posterior para titularme como licenciada en enfermería, a través de un programa de la UNAM que reconociendo la formación técnica y cubriendo los requisitos previos de bachillerato, acceder a complementar el programa de la licenciatura.

Varios años después y en congruencia con los cargos desempeñados me formé como Maestra en Administración de Organizaciones de Salud y un Doctorado en Alta Dirección.

En cuanto a mi experiencia laboral, ingresé al campo laboral en la categoría de auxiliar de enfermería, debido a que me encontraba en el sexto semestre de la carrera, por lo que no tenía título. Accedí a ello porque en aquel entonces era  consciente de que en tanto no me titulara, esa era la categoría a la que podía acceder en una de las instituciones más grandes, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y que en ese momento (1971) demandaba de mucho personal de enfermería ya que estaba en un proceso de crecimiento de sus hospitales. Allí laboré 27 años pasando por casi todas las categorías o puestos, entre ellas como lo mencioné como auxiliar de enfermería. Una vez titulada y con capacitaciones, seguí ascendiendo a enfermera general, enfermera especialista, jefe de servicio, todos estos puestos de carácter operativo, en hospitales de segundo y tercer nivel de atención (hospitales generales y de especialidad). Los últimos 12 años previos a mi jubilación ocupé cargos directivos nacionales en la institución.

Inmediato a esta jubilación, se me invitó a participar en un proyecto muy ambicioso, conformar un grupo consultor para el Ministerio de Salud, con el fin de desarrollar un proyecto nacional para fortalecer a enfermería y partería (matronas)  en el país. Fui integrante de un extraordinario equipo liderado por una gran profesional de la enfermería en México, la muy querida y admirada maestra Graciela Arroyo de Cordero, con la cual iniciamos toda una revolución en el campo de la práctica de enfermería en todas las instituciones de salud del país. Pronto esa responsabilidad, la de continuar con el trabajo iniciado recayó sobre mí, porque lamentablemente mi gran maestra, falleció en 2005.

Durante esos 16 años en el Ministerio de Salud, fui la Directora Nacional de Enfermería y coordiné un grupo colegiado denominado “Comisión Permanente de Enfermería” con la participación de todos los lideres de las instituciones de salud y educativas, así como de las organizaciones de representación profesional. Un trabajo increíble que hizo posible que grandes proyectos se replicaran a nivel de los 32 estados de la República Mexicana, entre ellos, la atención estandarizada de las personas con heridas

 

¿Qué haces actualmente?

Seguir trabajando en diferentes espacios que buscan abrir nuevos horizontes de proyección para el personal de enfermería, no solo de mi país, sino de toda la América Latina.

Contribuir en la difusión de diferentes asuntos de importancia técnica, gerencial, política o administrativa, a través de participar en conferencias y otras actividades, como ésta, que me permitan seguir colaborando en la construcción de proyectos que beneficien a la enfermería y como resultado de ello, beneficien a los sectores más desprotegidos, los que más necesitan de la enfermería y de sus capacidades.

En esa intención, concursé para un cargo político de carácter nacional, que desafortunadamente no logré ocupar, sin embargo, me dejó una muy grata experiencia sobre la importancia de participar en esos cargos y la enorme necesidad para qué, enfermería se interese cada vez más en estar en esos puestos en donde a través del ejercicio legislativo se puedan ordenar muchos aspectos jurídicos del campo de la salud y de la enfermería.

 

¿Qué relación tienes con el mundo del cuidado de las personas con heridas?

 Actualmente tengo una relación muy cercana con grupos interesados en el estudio, tratamiento y cuidados de las personas con heridas. Formo parte de una de los más importantes grupos de trabajo que lideran este tema, la Sociedad Iberolatinoamericana de Úlceras y Heridas  (SILAUHE).

De igual manera, a través de mi posición como exdirigente de enfermería del Ministerio de Salud, frecuentemente soy invitada a participar en conferencias sobre la estrategia de México para estandarizar el cuidado y tratamiento de las personas con heridas y de la implementación de las Clínicas de Heridas en el ámbito nacional e internacional.

Además, soy integrante de un comité que desarrolla y promueve el diseño y aplicación de estándares para la certificación de competencias laborales para varios aspectos del cuidado de la salud de las personas, entre ellos, la prevención de lesiones en la piel.

También colaboro con el GNEAUPP asistiendo también a sus congreso, y en mayo de este año tuve la sorpresa y la alegría que me nombrasen miembro de honor del GNEAUPP.

 

¿Cómo entraste en el mundo del cuidado de las heridas?

Mi relación ha sido diferente al de la mayoría de quienes están en la clínica, en la docencia, en la investigación, particularmente porque mi mayor acercamiento ha sido en el plano gerencial. Pero si tuve un periodo como enfermera operativa al cuidado de los pacientes y en esa época viví la experiencia de atender los problemas de las personas con heridas sin ningún conocimiento específico, ninguna instrucción ni mucho menos consideración de la magnitud del problema. Recuerdo que el sufrimiento que causaban estas heridas era angustioso pues solo nos limitábamos a hacer curación muy rudimentaria de ellas.

Ya como directiva y en un contexto muy importante, con relación a la toma de decisiones, el tema de las personas con heridas lo elevamos a un rango de interés público y de dominio de enfermería para entonces definir las soluciones y estrategias que permitieran prevenir y tratar con evidencia científica el tema de las lesiones de difícil cicatrización.

Así, nació uno de los proyectos más trascendentales, la estandarización del cuidado de las personas con heridas (hoy, lesiones de la piel de difícil cicatrización) través de liderar a nivel nacional, la visibilización de la importancia del cuidado preventivo y avanzado de, al principio, solo las úlceras por presión, pero a medida que fuimos adentrándonos en el problema, asumimos una actitud mucho más responsable sobre la necesidad de hacer grandes reforma, propuestas y acciones que mejoraran la calidad de vida de las personas con estas lesiones.

De hecho, un acontecimiento sumamente importante fue tener la oportunidad de llevar a cabo el Congreso de la Sociedad Iberolatinoamericana de Úlceras y Heridas en la ciudad de Puebla, fue a decir, por la mayoría, uno de los eventos más concurridos y mejor organizados en los que se tuvo la presencia de más de 2.000 enfermeras y enfermeros de México y de otros países integrantes de la Sociedad. El programa académico, sobra decir que fue muy enriquecedor en términos de lo que se compartió por parte de los representantes de los países que asistieron. Fue un acontecimiento en el que el personal de enfermería de Puebla se desbordó y dio lo más preciado que ellos tenían, su tiempo, voluntad y gran calidad humana para recibir y albergar a los congresistas. Dejo aquí un video de una mínima parte de los que fue la parte social, que desde nuestra perspectiva era también sumamente importante (nota de Joan Enric Torra: ¡¡Este vídeo concentra una gran cantidad de heridolog@s con alma!!) . La convivencia fue un agasajo para todas y todos.

Otro gran momento fue el Congreso de SILAUHE en Quintana Roo.

 

¿Cómo has visto y sentido la evolución del mundo del cuidado de las personas con heridas en tu trayectoria profesional?

Como lo mencioné, el cuidado de las personas con heridas ha tenido, por lo menos en México, un cambio de 180 grados, al modificar el abordaje de este problema, que, de ser ignorado, como bien lo demostramos, al evidenciar que en el sistema de salud y en el educativo, simplemente se ocultaba o se identificaba como “normal” que las personas “desarrollaran úlceras por presión”, toda vez que estuvieron hospitalizados o limitados en su movilidad y autosuficiencia funcional. En las asignaturas de propedéutica en enfermería, no se enseñaba a valorar a las personas para evitar riesgos tales como: caídas, desarrollo de úlceras por presión, dolor, entre otros, tampoco esos aspectos formaban parte de los “cuidados generales” que de manera rutinaria se realizaban en los procesos de trabajo diario.

Por ello, creo firmemente que hemos transitado como profesionales de la enfermería de un cuidado tradicional, sin conocimiento, sin bases normativas a un cuidado avanzado en donde las personas con heridas que estaban en la “ dimensión desconocida “ en donde no había especialistas de la salud que se interesaran en su prevención o cuidado, era un tema de “enfermería”  solo un pequeño grupo tenía el interés por su atención, hoy podemos sentirnos orgullosos de que haya evolucionado hacia un cuidado especializado, a un proceso de reconocimiento de que la atención y cuidado por las personas con heridas es muy amplio, merece estudiarse, investigar y atender de manera profesional y especializada para abordarse desde una perspectiva disciplinaria, interdisciplinaria y multiprofesional, abarcando todos los ámbitos de estudio y tratamiento, desde lo físico, a lo emocional, de los individual a lo social, de lo personal a lo comunitario. 

Considero que la evolución en el campo de la evidencia científica del cuidado profesional va en progreso, con pasos firmes y en una actitud profesional del más alto nivel.

 

¿Cuál crees que es tu contribución o logro más importante en el mundo del cuidado de las personas con heridas?

Me enorgullece mucho poder mencionar que la contribución y logro más importante fue tener el privilegio de diseñar, con el apoyo de las autoridades y de un importante equipo de trabajo interinstitucional, intersectorial y nacional de enfermería, una estrategia de abordaje primero disciplinar y después multiprofesional e interdisciplinar, para la prevención, cuidado y tratamiento avanzado de las personas con heridas de difícil cicatrización.

Ser parte de un equipo de trabajo que se propuso y logró, impulsar una política de cuidado profesional liderado por enfermería a través de la implementación de un modelo de atención de las personas con heridas que incluyó el diseño de un proyecto que abarcó el respaldo institucional y normativo, al incluir el tema en la agenda nacional sobre calidad y seguridad de los pacientes; la capacitación de miles de profesionales de enfermería en la prevención y cuidados a pacientes con heridas y sobre las tecnologías para el tratamiento, aspectos en los que Joan fue uno de los actores principales en trasmitir los conocimientos, la pasión y dedicación al estudio de las heridas; documentar a través de una encuesta nacional del estado del arte del tema de las heridas; publicación de resultados de la encuesta y de documentos normativos respaldados por el ministerio de salud; implementar la estrategia de un cuidado profesional liderado por enfermería en lo que se conoce como las Clínicas de Heridas, todo esto a nivel nacional. Además de continuar con el monitoreo de indicadores de calidad de la atención de enfermería para la prevención de riesgos de “ulceras por presión”, la validación de la escala de Braden para valoración de riesgo en adultos y niños, para su uso en todas las instituciones de salud del país.

Se colaboró igualmente al desarrollo de programas de educación formal de posgrado, de diplomados y otros proyectos educativos que actualmente se imparten en varias universidades del país del más alto prestigio.

Y por supuesto, un logro muy destacado ha sido, desde 2008, la incorporación de México a la Sociedad Iberolatinoamericana de Úlceras y Heridas (SILAUHE) en donde la comunidad de enfermería ha sido beneficiada al poder compartir el conocimiento, las experiencias, el compromiso de estudio y atención cada vez más y más especializada. Un proceso de crecimiento en el plano teórico y práctico que se ha dado a través de los 13 Congresos de la SILAUHE y la hermandad que nos une ante un gran propósito, el de mejorar la calidad de vida de las personas con heridas de difícil cicatrización, sustentando nuestra labor en el principio del respeto a su dignidad.  

 Es importante mencionar que el desarrollo de liderazgo del personal de enfermería en el ámbito del cuidado de las personas con heridas es ampliamente reconocido en el país y ha trascendido a otros países que reconocen en México, un modelo a seguir para fortalecer el cuidado y tratamiento de las personas con heridas. En lo particular, mi mayor satisfacción es que la dirigencia de la SILAUHE me haya propuesto para que en el 2020 fuera seleccionada por la Women in Global Health, como una de las cien mujeres líderes enfermeras, por la capacidad de liderazgo y de gestión, especialmente por el tema de las Clínicas de Heridas.

 

¿Cuál es la experiencia con un paciente que más te ha impactado o que quieras compartir?

A pesar de que no participé o participo en el cuidado directo de las personas con heridas, fui testigo de muy conmovedores testimonios de personas con heridas que, habiendo sido atendidos en alguna clínica de heridas liderada por enfermería, narraban la trasformación vivida cuando sentenciados a la amputación de un miembro y después de haber consultado y ser tratados por diferentes especialistas que igualmente solo daban como alternativa la “amputación”, lo que significaba para esa persona no  solo la pérdida de su integridad física, sino la pérdida de su trabajo, de su vida social incluso de su familia.

Ante este devastador futuro encontraron en la atención que se brindaba en las clínicas de heridas, a través del personal de enfermería que había sido parte del proyecto de trasformación del cuidado de las personas con heridas, no solo la atención de su problema de salud físico, sino una atención integral con conocimiento y con la comprensión, compasión y trato digno que necesitaban.

Sus vidas se trasformaban al recuperar la salud, al reintegrarse a su actividad laboral, a convivir de nuevo en familia. Era sorprendente y emotivo cuando con lágrimas narraban la experiencia de ser tratados con amor, con conocimiento, porque no son la “úlcera por presión”, no “el pie diabético”, es el señor López, la señora Vargas…son personas que necesitaban respeto a su dignidad.

 

¿Hay alguna anécdota en relación al cuidado de personas con heridas que te gustaría contarnos?

Recuerdo mucho el testimonio de un paciente del estado de Chiapas, no recuerdo su nombre, pero se quedó muy grabado lo que, no solo escuché, lo viví por la manera en que fue narrado su peregrinar por muchos sitios buscando la solución a su problema. El era un doctor en música, artista, tocaba el piano y era de una buena posición social, había gastado miles de pesos en diferentes lugares, en diferentes países, pero sin encontrar sino la misma respuesta “… hay que amputar el miembro, está en riesgo de morir si no es atendido de inmediato”. Alguien le comentó “ …doctor, hay una señorita que atiende a los pacientes con heridas, está en la Clínica de Heridas del Hospital X, es muy buena, a salvado a muchos de la amputación y la vida”.

Con recelo, porque sentía que había buscado a los mejores médicos, los mejores hospitales, se atrevió a visitar la Clínica de Heridas, allí encontró a una enfermera, menudita, relativamente joven, que lo recibió primeramente con una gran sonrisa, presentándose como la Líder de la Clínica, lo valoró y le comentó que su problema era serio, pero que allí le iban a tratar de una manera integral, lo revisaría un especialista en medicina interna, una nutricionista, un psicólogo y si era necesario lo derivaría a algunos especialistas más. Lo tranquilizó y animó a que tuviera confianza en lo que ella le estaba indicando, en dejarse tratar con la terapia avanzada en heridas, a ser constante en seguir las instrucciones. Le pidió que le contara y expresara todo lo que sentía, sus temores, sus emociones, le dio todo el tiempo que nunca ningún otro profesional consultado le había ofrecido.

Le conmovió que esa frágil enfermera, le hubiera inspirado la esperanza que ya había perdido, la dedicación que había tenido con su persona lo hizo reconocer la grandeza que esa enfermera poseía. Lloró con tal emoción que todos los que escuchábamos igualmente lloramos con él, era imposible, como lo está siendo en este momento que lo escribo, no conmoverse de ver a ese hombre de apariencia fuerte y segura, desvanecerse y agradecer una y muchas veces haber superado ese episodio tan traumático de su vida, gracias a esa “frágil” enfermera. Ella permanecía callada y también muy conmovida, pero eso no la limitó para tomar la palabra y con voz firme dijo más o menos lo siguiente:

“…Me siento muy orgullosa de que, a través de mi persona, se reconozca a enfermería, yo soy una enfermera que siempre he sentido que están en un error quienes conciben a la enfermería como la mano derecha del médico, no señores, no somos la mano de ellos o ellas, somos el cerebro, el corazón y las manos independientes que podemos ayudar o hacer posible la curación de un paciente, dejen de pensar y decir que somos importantes porque ayudamos a los médicos… que quede claro…somos un cuerpo dedicado al servicio de los demás…”

Todos estallamos en aplausos, nadie mejor que ella lo había dicho, sin importar que las autoridades del hospital, el director, los médicos especialistas, pacientes, público lo escuchara… ¡esa es la enfermería de hoy! Empoderada, sabiendo que su trabajo es digno, respetable y reconocido por la sociedad a la que se debe

La característica principal de esa querida enfermera, era que nos solo cuidaba técnicamente y con conocimiento a las personas, las arropaba, escuchaba y sembraba en sus corazones, esperanza y fortaleza para contrarrestar el proceso mórbido. Con su actitud positiva, amorosa hacía posible la curación física y emocional de los pacientes.

 

Juanita, ¿Cuál crees que es el reto más importante que tenemos hoy en día en el cuidado de las personas con heridas?

Supongo que no es un reto, son varios, no sé qué tan importante sea uno con respecto de otros. Inicio con señalar que sigue siendo un reto el que se considere que las lesiones de la piel tienen diferente origen y diferente abordaje, porque tanto  las personas como las organizaciones tienen dificultad para actualizase y pretenden que aquello que ya se dijo debe permanecer por siempre. Me refiero a que fue muy difícil que se reconociera que las úlceras por presión eran eventos adversos que tenían repercusión en los temas de estancia hospitalaria, en costes, en calidad de vida y que eran altamente prevenibles. Ha costado muchos años de sensibilización por lo que ahora decir que no solo son las úlceras y no es solo la presión lo que las genera, les parece que complica la toma de decisiones, cuando en realidad es al contrario y eso no significa más inversión en su prevención y tratamiento.

Otro reto es la educación, si bien considero  la inclusión de los métodos de valoración de riesgo, como un aprendizaje necesario durante la formación, es triste que se reduzca a solo que conozcan una escala, que no se reconozca que son diferentes y que cada una tiene una aplicación dependiendo de la persona y de las conveniencias de su aplicación.

Otro reto es lograr que se reconozca que los insumos para la aplicación de la terapia avanzada si bien son, de inicio, más costosos que los que se utilizan con la terapia tradicional, al final representan ahorros porque se está invirtiendo y al final los resultados demuestran la utilidad de su compra, pero hay que trabajar mucho con el área de adquisiciones para que comprendan la importancia de invertir en el tratamiento avanzado de las personas con heridas.

 

¿Cuál es tu asignatura pendiente en relación con el cuidado de personas con heridas?

Lo pendiente es que todo lo que se ha avanzado, lo que se ha investigado y sustentado científicamente se pueda aplicar en igualdad de circunstancias, que no sea en una institución, en un hospital, una estrategia de uso individual, sino la aplicación de una política que trascienda a todas las posibles situaciones.

Que se reconozca y aliente la formación de especialistas en el tema, que ubicados en los servicios apoyen a la capacitación del personal generalistas, en la investigación de la problemática que en el día a día se identifican como retos para la atención de las personas con lesiones de la piel de difícil cicatrización. Por otra parte, hay un pendiente muy importante relacionado con los insumos ya que sigue prevaleciendo el criterio de su “alto costo” por lo que limitan su adquisición, a pesar de que estén autorizados en los catálogos oficiales.

Por último, no es un tema menor saber que todavía no hay una consciencia clara de la importancia que el cuidado profesional tiene en la vida de las personas con afectaciones por heridas de difícil cicatrización, que falta mucho para que esa sensibilización llegue a todos los tomadores de decisiones y la consciencia de cada profesional de la salud que se enfrenta a tratar a estos pacientes.

Que, si bien ahora ya hay un interés de los profesionales de la medicina por el tema,  ¡¡y qué bueno!!, tenemos que defender y fortalecer  el posicionamiento que ha logrado enfermería, que ha costado muchos años, más de 25 años de liderar estas causas y mantenernos a la vanguardia en el estudio y en los procesos de cuidado y atención.

 

¿Cómo ves hoy en día la Seguridad del Paciente relacionada con la integridad cutánea?

Sin duda, el tema de la integridad cutánea está presente en las agendas de Seguridad de los Pacientes en los países que cuentan con estos programas, sin embargo, todavía no hay un interés importante para implementar o fortalecer las estrategias que incidan en la prevención de las lesiones cutáneas, no lo tienen como prioridad a pesar de que están ampliamente conocidas las causales directas e indirectas de estas lesiones.

Hace falta, como en otros casos, la voluntad política para reconocer mundialmente la importancia de su prevención y atención. Pregunto, por qué no ha definido la OMS, una campaña como las de: Higiene de manos, Identificación y Cirugía segura, Bacteriemia Cero, entre otras y no una orientada a prevenir las lesiones por presión.

 

¿Qué le recomendarías a una futura enfermera que se esté iniciando o formando en relación con el cuidado de personas con heridas?

La recomendación, considero, aplica nos solo a la disciplina de enfermería sino también a otras, relacionadas con la salud, es que, si ha decidido o pretende dedicarse al cuidado de las personas con heridas, debe saber que será una tarea que enfrenta al dolor de las personas no solo físico, hay una gama importante de necesidades que cubrir, hay que desarrollar habilidades de escucha, de empatía de compasión que van más allá de las que se deben tener como profesionales de la enfermería. Que no es una actividad fácil porque todavía no hay un reconocimiento institucional en muchos lugares de trabajo y que siempre estará en una lucha permanente porque se apoyen las iniciativas de mejora.

Pero lo que sí es seguro es que se sentirá una inmensa satisfacción cuando vea de manera objetiva su contribución a mejorar la calidad de vida de las personas con lesiones cutáneas.

 

¿Te gustaría explicarnos algo más de tu vivencia con el cuidado de personas con heridas  o sencillamente algo más que quieras compartir?

Sí, me gustaría mucho aprovechar para agradecer a todas las personas qué, durante mi trayectoria laboral como Directora de Enfermería en México, me apoyaron con su experiencia a reunir los elementos necesarios para gestionar uno de los proyectos más significativos en mi carrera, la del cuidado de las personas con lesiones cutáneas.

A ellos y ellas, no los menciono individualmente para no caer en el riesgo de olvidar a alguno, pero seguro que muchos y muchas de estos grandes líderes son ahora mis amigas y amigos y saben a quienes me refiero. Muchas gracias porque hemos trascendido a una relación más importante, a la una gran familia organizada en sociedades, colegios, asociaciones a nivel nacional e internacional preocupada y ocupada en generar las condiciones de cuidado y tratamiento de las personas con heridas de difícil cicatrización.

 

Juanita, ¿Qué piensas acerca del proyecto ““Curando con el alma a personas con heridas”.

Me parece que es un proyecto ambicioso, único diría yo, que va más allá de documentar desde la perspectiva científica, se trata de exponer de manera franca y abierta una parte fundamental de todo proceso de sanación, el cuidado que se da con cariño, amor, entrega, pasión, con el “alma”, lo que esto signifique para cada una de las personas.

Un abordaje desafiante al construir una teoría que está por arriba de las formas tradicionales y encuadradas en el oficialismo. Una mirada diferente que nos hará reflexionar sobre nuestro propio actuar, a sensibilizarnos a incursionar o retomar actitudes profesionales con un factor muy importante; el amor hacia nuestros semejantes y el respeto a la dignidad de las personas. El respeto a nosotras y nosotros mismos.

 

¿Cómo y cuando conociste a Joan Enric?

Juanita JiménezMe parece, si mal no recuerdo que tuve la oportunidad de interactuar con Joan en Tarragona, era la primera ocasión que asistía a un Seminario del Grupo Nacional de Estudio Asesoría de las Úlceras por Presión, (GNEAUPP), fui invitada a participar como representante de la Secretaría de Salud de México, dado que tenían contacto con una asociación de heridas de México y fue así que tenían conocimiento de que en nuestro país estábamos trabajando en un proyecto para estandarizar el cuidado de las personas con heridas de difícil cicatrización debido a que con esta asociación habíamos trabajado algunos temas relacionados con el tema de las heridas. Creo, sin embargo, mi acercamiento más próximo con Joan fue cuando a través de un convenio de colaboración que firmamos entre el GNEAUPP y el Ministerio de Salud de nuestro país y él formando parte importante de los integrantes de este equipo talentoso de hombres y mujeres, nos acompañó en muchos de los eventos de capacitación, especialmente como docente, conferencista y asesor. Debo reconocer que su pasión por el tema logró cambiar la percepción que la mayoría teníamos sobre el mismo. Su amplio conocimiento y forma de abordar los aspectos técnicos con una sensibilidad diferente a otras y otros docentes porque imprimía una parte fundamental en la temática impartida, la calidad de vida de las personas. Esa fue ha sido la impresión que Joan ha dejado en mi después de muchos años de conocerlo y tratarlo ya no solo como colega sino como amigo. Muchas gracias Joan, por esta oportunidad de expresar todo lo que nos inspiran con tu testimonio de vida.

 

Y como que afortunadamente no todo son personas con heridas en la vida, ¿te gustaría compartir alguna información adicional a continuación? Cuéntanos algo que muy pocos sepan de tus otras vidas aparte de cuidar a pacientes con heridas?

 Sí, me encantará decir que afortunadamente estoy casada con un gran hombre al que por más de 42 años he amado, admirado y reconocido como mi compañero de vida, mi cómplice en casi todos los aspectos de mi vida y digo casi todo, porque ante mi inquietud por no parar en mi actividad profesional, a pesar de estar jubilada, he dejado de lado momentos que no se pueden recuperar, me he perdido de disfrutar muchas otras situaciones de carácter familiar. Pero con todo y ello, sigo agradecida con mi esposo y también con mi hijo, a quien también reconozco ha sido empático conmigo, es un ser maravilloso que me ha aceptado así, como soy y me ha apoyado en todas mis aventuras.

 También me gustaría compartir, como lo mencioné en otro momento de esta narrativa, que aspiré a ocupar un puesto político de elección popular, un cargo legislativo, que me dejó una gran experiencia en otro campo muy diferente, pero muy necesario de incursionar. Esta necesidad surgió después de muchos años de trayectoria en puestos institucionales en donde las limitantes estaban determinadas por ausencias o vacíos de carácter legislativo. Por esa necesidad es que me convencí de que tenía un compromiso pendiente que espero con esa incursión haber abierto una puerta más de lucha por reivindicar las justas demandas de mejoras en la profesión de enfermería.

 

Recomiéndanos una canción/música.

Como soy de muchas décadas atrás, la música que prefiero es la balada de cantantes de habla hispana, principalmente, de la década de los 60, 70 y 80. Me gusta la canción “Cómo han pasado los años” con sus diferentes intérpretes de habla hispana. Otra muy apreciada es la canción de “Candilejas”. (Las podéis escuchar en la lista de Spotify Heridolog@s con alma Sounds .Otra que quizá sea poco conocida es la de,  ¿Qué vas a hacer con el resto de tu vida?    de Bárbara Streisand (Os dejo la liga para verlo en Youtube)

 

Recomiéndanos un libro.

 “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey. Es uno de mis favoritos, me parece que los consejos aplican en todo momento. Me sirvieron mucho en mi inicio como directiva de enfermería y siguen siendo útiles para mi, porque el abordaje de los temas es claro y te permite su aplicación en la vida personal y profesional.

Recomiéndanos un lugar especial… (puedes adjuntar foto/s). Sin lugar a dudas, México, les  dejo aquí una liga para que lo conozcan a través de la canción y música que lleva a conocer algunos de los lugares más emblemáticos de México. Además, fue el tema musical del Congreso de Puebla.  Video oficial de la canción “ Con México en la piel”.   Con México en la piel

 

¡Muchísimas gracias Juanita¡

y…

Si nos dejan, buscamos un rincón en el cielo,

Si nos dejan haremos con las nubes terciiopelo….

Y Juanita (y l@s innumerables amig@s de México)

Si tú me dices ven,  lo dejo todo,

Si tú me dices ven, será todo para ti…….

 

Joan Enric Torra i Bou

 

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