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El 12 de mayo se celebra el día mundial de la Enfermería, el colectivo profesional más numeroso y más importante del Sistema de Salud, y paradójicamente el más mal tratado y al que se tiene menos en cuenta, esto sí, receptor de múltiples alabanzas fariseas e hipócritas abrazos y buenas palabras  cuando hace falta por parte de no pocos políticos.

“La Enfermería directamente y la sociedad de manera indirecta, se enfrentan hoy en día a importantes retos pendientes de solución.”

 

Los días o jornadas mundiales, cómo el día mundial de la enfermería, normalmente se dedican o formulan para llamar la atención sobre cuestiones o temas pendientes, y les puedo asegurar que en el tema que nos ocupa hoy: el presente y el futuro de la Enfermería representa un importante reto para la sociedad que debe de abordarse de una vez por todas y de manera global.

La Enfermería directamente y la sociedad de manera indirecta, se enfrentan hoy en día a importantes retos pendientes de solución. Estos retos se han agravado en los dos últimos años, en los que, ¡quién lo iba a decir¡, tras la campaña internacional “Nursing Now”, la Enfermería lo ha dado todo y más  para poder superar el reto de la pandemia de COVID y demostrar a la sociedad su compromiso y profesionalidad, pandemia por cierto, de la que muchos no han aprendido nada, y que otra paradoja, la Enfermería sigue pagando en sus carnes en el proceso de recuperación a la “normalidad” del Sistema de Salud, que puestos a hablar de paradojas, ya partía de unas condiciones muy poco normales.

Los cuidados de salud, el objetivo fundamental de la enfermería, se enfrentan hoy en día en nuestro país a importantes factores que los condicionan, que además de la acuciante falta de enfermeras, los abandonos profesionales y la emigración forzada de las nuevas promociones a otros países que ofrecen mejores condiciones de trabajo incluyen también:

  • Envejecimiento progresivo de la población.
  • Incremento de patologías crónicas.
  • Aumento de la dependencia.
  • Unos presupuestos escasos y no acordes con las necesidades reales.
  • Un modelo hospital-céntrico que no prioriza la prevención.
  • Una atención primaria de salud infradotada y menospreciada.
  • Una atención sociosanitaria ignorada y menoscabada en la que el eje fundamental de los cuidados, la enfermería, ¡brilla por su ausencia ¡.
  • Y salvo honrosas excepciones, una descarada, negligente y peligrosa ausencia de las enfermeras en los puestos de dirección del Sistema de Salud y de la política sanitaria en detrimento de otros profesionales sanitarios y de gestores economicistas.

¡No nos llamemos a engaño¡, un Sistema de Salud que no priorice a la Enfermería, es, tal como demuestra la evidencia, un Sistema de Salud Inseguro con un mayor número de Eventos Adversos, muchos de ellos condicionando la salud y la vida de la ciudadanía.

Si consideramos a la salud como un derecho de acceso universal que deben garantizar los poderes públicos, y no un negocio que solo beneficia a unos pocos, entre otros muchos elementos es fundamental que:

  • Se garanticen por ley las ratios y las plantillas necesarias en los tres niveles asistenciales para que las enfermeras puedan prestar adecuadamente los cuidados de enfermería que requieren los ciudadanos.
  • Qué las enfermeras estén de una vez por todas retribuidas de acuerdo con su formación y sus responsabilidades
  • Qué se definan entornos agradables de trabajo para facilitar la retención del talento y de los buenos profesionales y que se garantice la compatibilidad de la enfermería con la vida familiar o personal.
  • Qué además de la humanización de los cuidados, ya de por sí otra paradoja, también se extiendan estrategias de humanización de la gestión.
  • Que las enfermeras formen parte de manera habitual y no circunstancial, de los órganos de dirección y gestión de todas las estructuras que conforman el Sistema de Salud.
  • Que de una vez por todas se implanten y retribuyan de manera adecuada las especialidades de enfermería y las figuras de enfermería de práctica avanzada.
  • Que las enfermeras puedan tomar decisiones de manera autónoma, dentro de los equipos interdisciplinares de atención de salud, en aquellos ámbitos para los que están formadas y de los que son responsables.
  • Que la formación de la enfermería en la Universidad sea lo más cercana posible a la práctica real y que se facilite la contribución de los profesionales asistenciales que están día a día en contacto con los pacientes en detrimento de figuras anquilosadas docentes ancladas más en el pasado que no en el presente.

Insisto, hablar de Seguridad del Paciente, sin tener en cuenta ni facilitar la presencia y el trabajo de la Enfermería en el Sistema de salud, es algo así como “Despotismo ilustrado” (Todo para las enfermeras pero sin contar con las enfermeras) y la experiencia nos demuestra que los despotismos salen caros, ¡¡muy caros¡¡, tanto  para las enfermeras como para la sociedad en general

¡¡Feliz Día Mundial de la Enfermería¡¡

 

Joan Enric Torra i Bou

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