La Seguridad del Paciente es una estrategia de los sistemas de salud orientada a reducir al mínimo posible y aceptable los daños innecesarios, errores, que se producen mientras los ciudadanos reciben cuidados de salud.
Una premisa básica en la Seguridad del Paciente es ser críticos, asumir que todo el mundo puede equivocarse y sobre todo, aprender de los errores para que estos no vuelvan a suceder
La Seguridad del Paciente precisa que las autoridades de salud definan circuitos asistenciales seguros y los mecanismos necesarios para identificar y documentar bien los posibles fallos para que toda esta información pueda ser analizada de manera crítica, determinando las circunstancias que hayan podido estar implicadas en su aparición, para poder mejorar, y de esta manera, evitar que hayan personas que mueran o sufran, que pierdan calidad de vida o que vean alargadas sus estancias por errores evitables al tiempo que se dilapiden una cantidad importante de recursos para paliar su efecto.
La Seguridad del Paciente también requiere claridad y transparencia en la información y hacerla accesible a los gestores, los profesionales clínicos y los pacientes y usuarios de los Sistemas de Salud ya que todos ellos son actores y forman parte de la misma.
“En España disponemos, gracias al GNEAUPP, de una serie de más de 20 años con indicadores epidemiológicos acerca de las lesiones por presión con información aportada directamente por profesionales asistenciales, que las definen como un importante problema de salud en todos los niveles asistenciales”
La Seguridad del Paciente en esencia debe estar siempre lo más cerca de los profesionales que están prestando cuidados de salud dándoles protagonismo en su definición, implementación y seguimiento para evitar que ésta no se reduzca a meras estadísticas o procedimientos de obligado cumplimiento producidas en entornos o estructuras meramente tecnocráticos alejados del cuidado de los pacientes que en muchos casos periten cubrir el expediente y no aportan elementos que faciliten la posibilidad de la solución concreta y real de estos errores que deberían reducirse al mínimo.
Las personas que reciben cuidados de salud pueden ser objeto de una gran cantidad de errores en forma de eventos adversos en múltiples ámbitos y dimensiones de algo tan amplio como es el recibir cuidados de salud.
También en la Seguridad del Paciente, parece que hay problemas o incidentes de primera, de segunda y de tercera o cuarta categoría, como es el caso de la infravaloración generalizada por muchos actores del Sistema de Salud de las lesiones por presión, un problema que cumple a rajatabla con los criterios exigibles a un evento adverso, es decir, es perfectamente constatable, causa daño e incluso puede producir la muerte, es prevenible en un altísimo porcentaje de casos, y hay amplía evidencia acerca de los cuidados necesarios para su prevención.
Además, las lesiones por presión, a diferencia de otros eventos de seguridad del paciente atribuibles a acciones más individuales, se producen en el contexto de la interacción de muchos actores, por lo que más que atribuir su causalidad a errores individuales, que los hay, la causa de estos errores suele ser una concatenación de errores en el equipo asistencial. A ello hay que añadir que existe un gran infra registro de las mismas en los sistemas informáticos de gestión clínica, sobre todo en sus estadios iniciales, lo que dificulta en sobre manera tener datos objetivos reales sobre su impacto.
La importancia de las lesiones por presión como evento adverso evitable en España, quedo patente ya hace 20 años en el “Estudio Nacional sobre los Eventos Adversos ligados a la Hospitalización -(ENEAS, 2005),” que las identificó como el curato evento adverso más importante en los 24 hospitales estudiados, con una incidencia del 3,66% y una tasa de evitabilidad que por aquellos entonces se estimó en un 55%.
En España disponemos, gracias al GNEAUPP, de una serie de más de 20 años con indicadores epidemiológicos acerca de las lesiones por presión con información aportada directamente por profesionales asistenciales, que las definen como un importante problema de salud en todos los niveles asistenciales.
Con demasiada frecuencia la Seguridad del Paciente solo se queda en meras declaraciones o estadísticas, que dicho sea de paso no son analizadas críticamente o contrastadas con la realidad, y no en ir a reducir de manera efectiva los eventos adversos evitables y las lesiones por presión son un ejemplo palpable en en el que de acuerdo a Cecilia Movilla Jiménez hay escasos y dispares posicionamientos en España en lo que hace referencia a las políticas nacional y autonómica.
Partiendo de la base de que son de agradecer los esfuerzos de las administraciones que aportan y hacen públicos datos acerca de indicadores relacionados con la Seguridad del Paciente, y al respecto hay que decir en voz alta que muchas no lo hacen, lo que atenta a la esencia de la Seguridad del Paciente, permítanme que haga un análisis crítico de algunos datos sobre el evento adverso “lesiones por presión” recientemente publicados en Catalunya, una comunidad autónoma con un fuerte posicionamiento en la Seguridad del Paciente.
Antes de ello, quisiera destacar que como profesional de la salud comprometido con la integridad cutánea, que el único interés que tengo con el presente post es llamar la atención sobre datos que no son coherentes con la realidad, para con ello poder aprender de los errores y mejorar las políticas institucionales al respecto, algo que concuerda plenamente con la esencia de la Seguridad del Paciente y obviamente está relacionado con la salud y la calidad de vida de quienes sufren alguna agresión a su integridad cutánea. La información a la que he podido acceder procede de un Sistema de Salud que es transparente en ofrecer en datos sobre Seguridad del Paciente, insisto no todos lo hacen, y el análisis crítico que hago creo que puede aportar luz para mejorar la situación también en otras realidades de nuestro sistema de salud en España.
Nada más lejos de mi intención que arremeter contra el mensajero, en un contexto, el de la Seguridad del Paciente, en el que hay mucho postureo y palabras biensonantes y vacías y pocos datos concretos. Insisto de nuevo, agradezco enormemente que se publiquen datos, por que ello quiere decir que hay personas implicadas en su génesis y análisis, y mi única intención es identificar y resaltar de manera constructiva áreas de mejora, algo inherente a la filosofía de la Seguridad del Paciente.
Y vamos a los datos publicados, recientemente se han publicado dos informes relativos al Sistema de Notificación de incidentes de seguridad en Catalunya (Sistema de notificació d’incidents de seguretat de Catalunya-SNiSP-Cat) centrados uno en el ámbito hospitalario y el otro en el de la atención primaria.
No hay que olvidad que la notificación de eventos adversos es un elemento clave en la Seguridad del Paciente ya que permite cuantificar su ocurrencia, analizar los eventos y definir y validar medidas para que estos no vuelvan a ocurrir,
Y no nos llamemos a engaño,
¡¡Sin datos de incidencia de eventos adversos no podemos hablar de Seguridad del Paciente!!
En el caso de los hospitales las lesiones por presión son un incidente de Seguridad del Paciente a notificar en el Sistema de Salud de Catalunya a través del SNisP-Cat.
De acuerdo con los datos de notificación de incidentes de Seguridad del Paciente en los hospitales de agudos de Catalunya en el año 2023 recogidos en el informe publicado por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, Vilaplana Carnerero C, Navarro Vila L, Canals Giménez V, Bravo Bravo M, Roman Ortega S, Bosser Giralt R, et al. Notificació d’incidents en la seguretat del pacient en l’hospitalització d’aguts a Catalunya: dades de 2023. Barcelona: Direcció General d’Ordenació i Regulació Sanitària; 2024., en el año 2023 se produjeron 11 049 notificaciones de incidentes de Seguridad del Paciente en hospitales de acuerdo con el sistema de notificación SNiSP-Cat.
De estos incidentes, las lesiones por presión con un 0,47% de los incidentes (52 casos notificados en hospitales de Catalunya durante el año 2023) son el 13ª motivo de incidente en una lista de los 15 más frecuentes.
Esta cifra contrasta en sobremanera con los datos del 6ª Estudio nacional de prevalencia de lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia en hospitales del GNEAUPP de 2022 que cifraba la prevalencia de lesiones por presión en los hospitales en España en una horquilla que oscila entre el 7,7% (si solo se tienen en cuenta la presión) y el 9,5% si además de la presión se tienen en cuenta la fricción y la cizalla, con un 60% de las lesiones prevalentes originadas en el entorno hospitalario.
y de acuerdo con los datos de notificación de incidentes de Seguridad del Paciente en la atención primaria de Catalunya en el año 2023 descritos en el informe publicado por el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, Vilaplana Carnerero C, Navarro Vila L, Canals Giménez V, Bravo Bravo M, Roman Ortega S, Bosser Giralt R, et al. Notificació d’incidents en la seguretat del pacient a l’atenció primària a Catalunya: dades de 2023. Barcelona: Direcció General d’Ordenació i Regulació Sanitària; 2024, durante el año 2023 se produjeron 4 109 notificaciones de incidentes de Seguridad del Paciente en Atención primaria en el SNiSP-Cat.
En el caso de los centros de atención primaria gestionados por el Institut Català de la Salut (ICS), las lesiones por presión, con un 0,29 % de los incidentes notificados (10 casos notificados) son el 11ª motivo de incidente en una lista de los 14 más frecuentes. En los centros de atención primaria no gestionados por el ICS, las lesiones por presión, con un 1,11% de los incidentes notificados (7 casos notificados) son el 9ºmotivo de incidente en una lista de los 13 más frecuentes.
Esta cifra también difiere de los datos del 6ª Estudio nacional de prevalencia de lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia en atención primaria del GNEAUPP del año 2022 que cifraba la prevalencia de lesiones por presión en los pacientes atendidos en programas de atención domiciliaria en España en una horquilla que oscila entre el 4,43% (si solo se tienen en cuenta la presión) y el 6,11% si además de la presión se tienen en cuenta la fricción y la cizalla, con un 80% de las lesiones prevalentes originadas en el entorno hospitalario.
Y si bajamos de nivel territorial, podemos destacar, de acuerdo a un trabajo publicado en 2024, Gens Barberà M, Hernández Vidal N, Mengibar García Y, Hernández Villén O, Folch Ferré E, Hospital Guardiola I. El sistema de notificació d’incidents de seguretat dels pacients de Catalunya (SNiSP Cat): eina clau per al desplegament del Pla de Qualitat de la Gerència Territorial de Tarragona (ICS). Annals de Medicina 2024;107:2-9. que en la Gerència territorial de Camp de Tarragona del ICS, en el período 2018-2022 se notificaron en el SNISP-Cat solo 3 lesiones por presión, 2 en atención primaria, 1 en hospital de agudos y ninguna en centros de cuidados intermedios
De acuerdo con los tres ejemplos expuestos, está claro que hay una discordancia entre los datos epidemiológicos acerca del problema de las lesiones por presión y la notificación de estas como evento adverso dentro de las estrategias de Seguridad del Paciente.
Parece pues del todo necesario establecer, dentro de los diferentes niveles de abordaje de la Seguridad del Paciente (nacional, regional y local) para mejorar la identificación y notificación de cualquier evento adverso relacionado con los cuidados de salud, y en el caso que nos ocupa, las lesiones por presión, debido a su gran repercusión negativa en la morbi-mortalidad de nuestros pacientes.
En Seguridad del Paciente no disponer de información que permita definir de una manera fehaciente el verdadero alcance de los eventos adversos es un importante problema que debe ser subsanado cuanto antes , ya que si no se aborda esta distorsión estamos contradiciendo algunas premisas básicas de la Seguridad del Paciente:
- Trabajar en entornos con Cultura de la Seguridad.
- Asumir que nos podemos equivocar (errar es de humanos).
- Asumir que nos equivocamos.
- Saber en tiempo real en que nos estamos equivocando.
- Analizar nuestros errores.
- Evaluar la idoneidad de las medidas preventivas.
- Implementar de manera continua medidas preventivas y de mejorar.
- Evaluar la implementación de las medidas preventivas y correctoras.
- Involucrar a los pacientes y a sus entornos de cuidado en lo que atañe a su seguridad.
No hacerlo además es una transgresión ética que ni los profesionales de la salud, ni las instituciones asistenciales ni los propios sistemas de salud nos podemos permitir, y que además los ciudadanos que confían en nosotros y nos financian no se merecen.
En próximos posts trataremos de profundizar más en este tema, para poder proponer soluciones a este gran problema para la Seguridad del Paciente que atañe, al menos a la integridad cutánea.
¡¡Feliz y SEGURO 2025!!
Y el debate está servido.
Joan Enric Torra Bou, con aportaciones de Cecilia Movilla Jiménez, Luis Arantón Areosa y Manuel Rodriguez Palma.