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Recientemente se han publicado los resultados del 6º Estudio nacional de prevalencia sobre lesiones por presión relacionadas con la dependencia en España correspondientes al año 2022. ( 6º ENP Hospitales, 6º ENP Atención Primaria y 6º ENP Atención sociosanitaria)

Estos datos, y el análisis de la interesante, y única en el mundo, serie de seis estudios nacionales de prevalencia realizados en España por parte del GNEAUPP  los años 2001, 2005, 2009, 2013, 2017 y 2022, nos permiten resaltar la incongruencia de considerar que la mayoría de las lesiones por presión son evitables, mientras que  la dura realidad descrita por la epidemiología nos indica lo contrario. (Referencias de los ENP 2001, 2005, 2009, 2013 y 2017)

Así, la tendencia epidemiológica durante estos 21 años nos demuestra que estamos ante un problema en aumento y que en absoluto está  resuelto.

https://www.datawrapper.de/_/qLU7I/

Si las lesiones por presión son tan evitables, algunos llegan a afirmar erróneamente que hasta en un 95% de casos (*), o no se hacen bien las cosas, o igual no son tan evitables…

(*): En un próximo post hablaremos sobre esta frase.

Las lesiones por presión son algo que no gusta a ninguno los pacientes que las sufren, no gustan a algunos profesionales de la salud (otros las ignoran y miran hacía otro lado), y tampoco gustan a algunos gestores (aquí otros muchos miran hacía otro lado, se hacen trampas al solitario y peligrosamente para ellos, sus instituciones, los profesionales que trabajan en ellas y sobre todo a los pacientes que atienden no se toman en serio este importante evento adverso).

No deja de sorprenderme las muchas veces que escucho la frase: “Nosotros no tenemos lesiones por presión”.

Siempre hay excepciones con prácticas de excelencia, pero ante la frase anterior muchas veces pienso, ¿o no saben que son las lesiones por presión, o ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo, o miran hacia otro lado y esconden lo que no quieren ver, o peligrosamente se hacen trampas al solitario…? Porque en el mundo de la evidencia, una cosa son los buenos propósitos y las declaraciones de intenciones, y otra muy diferente es lo que nos explica y demuestra  la ciencia, en este caso la epidemiología.

Los que tengan una cierta edad recordarán un famoso anuncio que aparecía en la televisión:

La epidemiología es la prueba del algodón, ¡¡y el algodón no engaña¡¡

En el caso de uno de los problemas de Seguridad del Paciente más importante relacionados con los cuidados de enfermería, las lesiones por presión, la epidemiología es el crudo testimonio de que tenemos entre las manos un importante problema pendiente de resolver.

En pleno Siglo XXI a través de la evidencia científica conocemos como se producen la mayoría de las lesiones por presión, conocemos como la mayoría de estas se pueden prevenir, existen en el mercado recursos para prevenirlas, hay marcos de referencia como la Seguridad del Paciente que permiten minimizar en gran medida el alcance de este evento adversos, que no en pocas ocasiones (las lesiones por presión que progresan a categorías superiores a la II)  aumenta de dimensión al ser considerado como un ENOJA (Evento nunca jamás- en inglés Never Event).

Es hora pues, qué de una vez por todas, TODOS, los profesionales asistenciales, las instituciones de salud, los Servicios regionales y nacionales de Salud y la academia -es sorprendente, por no decir alucinante, que un problema de tal prevalencia como las lesiones presión en TODOS los niveles asistenciales aún no cuente con una asignatura específica junto al cuidado de otras heridas en el grado de enfermería-, se pongan las pilas y pasen de las palabras a los hechos y a  tomar decisiones y asumir responsabilidades ante un evento adverso que tanto dolor, sufrimiento y dinero nos cuesta a todos los ciudadanos

Y a las Administraciones y a los poderes públicos, amén de velar por unos cuidados de salud seguros, y asegurar que todos los ciudadanos son atendidos en instituciones con políticas proactivas y decididas de Seguridad del Paciente, también son responsables de un derecho fundamental de las personas como es el de no desarrollar lesiones por presión, tal como en su día estableció la SILAHUE con la  Declaración de Rio,  el punto de inicio  de las Jornada Mundiales para la Prevención de las Lesiones por Presión que se celebra en todo el mundo.

Cuanto más tiempo pase a que de una vez por todas se priorice, con hechos  y no solo con palabras, la prevención de las lesiones por presión,  más personas sufrirán, más personas morirán y más recursos de nuestro tensionado Sistema de Salud estaremos dedicando a un problema altamente prevenible y esto es algo que no se puede consentir.

 

Joan Enric Torra i Bou

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