La práctica clínica basada en la mejor evidencia (PCBME) ha emergido como un paradigma fundamental en el cuidado de la salud, impulsando la toma de decisiones informadas y la optimización de resultados clínicos. En el contexto de la Seguridad del Paciente, la PCBME despliega un papel esencial al integrar los resultados de las revisiones sistemáticas de la literatura científica, evaluando críticamente la evidencia disponible y aplicando los hallazgos relevantes en los contextos de atención clínica. La práctica clínica basada en la mejor evidencia se fundamenta en la integración de la mejor evidencia disponible, la experiencia clínica y las preferencias del paciente
En el caso de la integridad cutánea es muy importante destacar el alcance del término “mejor”, ya que la singularidad de algunos problemas relacionados con la integridad cutánea dificultan o imposibilitan en no pocos casos diseños experimentales debido a la gran variabilidad, causalidad intrínseca y multicausalidad de dichos problemas, además de cuestiones de índole ético o práctico en contextos ideales alejados del mundo real de los cuidados, lo que justifica el utilizar la mejor y más factible evidencia a utilizar, aunque no sean ensayos clínicos aleatorizados (ECA) de muestras grandes con técnicas de enmascaramiento, por que seamos realistas, en no pocos casos estos son imposibles de realizar y en otros casos se alejan totalmente de los entornos habituales de cuidados
“La aplicación de la práctica clínica basada en la mejor evidencia y las revisiones bibliográficas en la práctica clínica tiene un impacto significativo en la Seguridad del Paciente. Al adoptar intervenciones respaldadas por la evidencia más sólida posible, se reduce la probabilidad de errores clínicos y se mejoran los resultados del paciente.”
Al respecto, es importante destacar que la falta de evidencia de efectividad no equivale necesariamente a la evidencia de falta de efectividad. En el contexto de lo que se podría denominar como el “Síndrome Cochrane” (o la depresión post lectura de Revisión Cochrane), la ausencia de pruebas sólidas (ECA) sobre la eficacia de una intervención no implica automáticamente que dicha intervención carezca de valor clínico. Es fundamental reconocer los límites de la evidencia disponible y continuar investigando para obtener conclusiones más claras y sólidas. Además, es esencial que los profesionales de la salud y los pacientes mantengan un enfoque crítico y basado en la evidencia al evaluar las opciones de prevención y de tratamiento, considerando no solo la presencia o ausencia de evidencia, sino también otros factores como el contexto clínico y las preferencias del paciente
En el contexto de la Seguridad del Paciente, la metodología de la PCBME proporciona una guía sólida para la toma de decisiones clínicas que minimizan el riesgo de eventos adversos, mejoran la calidad de los cuidados y aseguran la sostenibilidad de los mismos al descartar cuidados innecesarios o sin sustentación científica acerca de su efectividad. Al basar las intervenciones en pruebas científicas sólidas, se reduce la variabilidad en la práctica clínica y se promueve la estandarización de los cuidados, a la vez que se garantiza una óptima utilización de los recursos, lo que contribuye a la prevención de errores y la mejora de los resultados del paciente.
Las revisiones bibliográficas sistemáticas y las metaanálisis son herramientas fundamentales en la PCBME, ya que proporcionan una síntesis exhaustiva de la evidencia disponible sobre un tema específico. Al identificar, evaluar y sintetizar estudios primarios relevantes, estas revisiones permiten a los profesionales de la salud obtener una comprensión holística de un tema y tomar decisiones informadas basadas en la mejor evidencia disponible. Además, las revisiones bibliográficas identifican lagunas en el conocimiento y áreas para futuras investigaciones, lo que impulsa el avance continuo en el campo de la atención de salud.
Si queréis aprender más sobre el tema os recomiendo un interesante y didáctico post publicado en BiblioGETAFE, el blog de la Biblioteca Médica del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), Revisión con «enfoque sistemático»: revisiones sistematizadas de la literatura.
La aplicación de la práctica clínica basada en la mejor evidencia y las revisiones bibliográficas en la práctica clínica tiene un impacto significativo en la Seguridad del Paciente. Al adoptar intervenciones respaldadas por la evidencia más sólida posible, se reduce la probabilidad de errores clínicos y se mejoran los resultados del paciente.
Por ejemplo, en el ámbito de la prevención de las lesiones por presión (LPP), la implementación de estrategias basadas en la evidencia, como los “bundles” (palabra de difícil traducción que vendría a ser un conjunto de medidas aplicadas sistemáticamente) que incluyen la valoración sistemática del riesgo, el uso de superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP) adecuadas al riesgo y a las circunstancias clínicas de los pacientes, programas efectivos de movilización temprana y de cambios posturales, programas específicos para el cuidado de la piel sometida a presión, fricción, cizalla, incontinencia y otras fuentes de humedad, el manejo local de la presión y el abordaje nutricional del paciente han demostrado reducir la incidencia de LPP y mejorar la calidad de vida del paciente.
De todas maneras, la filosofía de la Seguridad del Paciente implica en su esencia la necesidad de compartir, es por ello que sistematizar, registrar y evaluar los resultados de la aplicación de estos “bundles” de prevención es un paso esencial e imprescindible para compartirlos mediante publicaciones científicas con el resto de la comunidad científica, y de esta manera, alimentar las fuentes de evidencia para que otros profesionales no tengan que recurrir al método del ensayo error, y que en esencia, se puedan mejorar los cuidados de salud y la Seguridad del Paciente con entornos de práctica segura.
La práctica clínica basada en la mejor evidencia y las revisiones bibliográficas son pilares fundamentales en la promoción de la seguridad del paciente. Al integrar la mejor evidencia disponible en la toma de decisiones clínicas, los profesionales de la salud podemos mejorar la calidad de los cuidados, reducir los riesgos de eventos adversos y avanzar hacia una atención más segura y efectiva.
La continua aplicación y promoción de la PCBE son esenciales para garantizar la excelencia en la atención de salud, mejorar los resultados clínicos y en calidad de vida de los pacientes y hacer más sostenibles y seguros los sistemas de salud.
Y si las instituciones de salud y los Sistemas de Salud se creen y toman en serio la Seguridad del Paciente, y no solo hacen brindis al sol o meras declaraciones bien sonantes, estos tienen la obligación de incorporar lo que nos aporta la mejora evidencia disponible en cuanto a organización, recursos humanos y recursos materiales a sus contextos de práctica clínica, es así como se consigue una Práctica Segura.
Joan Enric Torra-Bou