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Las inversiones en prevención son infinitamente más rentables que gastar en tratamiento.

 

Hoy, 14 de noviembre, se celebra la Jornada Mundial sobre la Diabetes. La diabetes es una patología cuya prevalencia va aumentando día a día. En España, según datos de 2017, se estima que hay casi 8 millones de personas diabéticas y su prevalencia se estima en el 7,8% para la población mayor de 14 años. Las cifras de prevalencia de diabetes han aumentado 3,71 puntos porcentuales respecto a las del año 1991 y se estima que irán creciendo.

 

(Fuente y acceso a más información epidemiológica de epdata)

Bajo la óptica de la Seguridad del Paciente y la integridad cutánea las personas que sufren diabetes representan un importante problema por su elevado riesgo de presentar problemas relacionados con la integridad cutánea. Se calcula que un tercio de los pacientes diabéticos presentará problemas cutáneos en el transcurso de su vida. Duff et al. citan datos de un estudio en el 47,5% de problemas cutáneos en una cohorte de diabetes fueron manifestaciones de infecciones cutáneas, un 26,4% xerosis y un 20,7% enfermedades inflamatorias cutáneas.

Además del enorme riesgo y consecuencias que representa el síndrome del Pie Diabético, la presencia de diabetes y de una de sus complicaciones, problemas vasculares en las extremidades inferiores incrementa el riesgo de desarrollo de lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia como las  lesiones por presión, sobre todo en pies y talones.

A medida que aumenta la progresión de la diabetes, aumentan las complicaciones, siendo una de las más importantes el síndrome del pie diabético que en muchas ocasiones implica la necesidad de realizar técnicas quirúrgicas. En este sentido, el paciente diabético presenta un elevado riesgo de complicaciones en las heridas quirúrgicas, las cuales pueden implicar mayores daños, retrasar la cicatrización de las heridas quirúrgicas y dificultar la implantación de prótesis.

Aunque se desconoce en profundidad la relación entre la diabetes y la incontinencia, la población diabética suele presentar una prevalencia de incontinencia superior a la de la población diabética. Una posible explicación a esta relación estaría en que la obesidad, un factor íntimamente relacionado con la diabetes implica un incremento de presión en la vejiga, en que los daños en nervios afectan al control del intestino y de la vejiga,  a que los problemas inmunológicos incrementan el riesgo de infecciones de tracto urinario que pueden causar incontinencia y que alguna medicación utilizada para tratar la diabetes puede causar diarrea. Sin lugar a dudas nos encontramos ante un cúmulo de factores que incrementan el riesgo de sufrir una dermatitis asociada a la incontinencia.

En cuanto a otras afectaciones cutáneas, es sabido que con el incremento de edad se incrementa la posibilidad de desarrollar xerosis como resultado de alteraciones en la queratinización de la piel y del contenido en lípidos del estrato córneo. La diabetes, y una de sus complicaciones más importantes, la neuropatía, puede exacerbar la xerosis en personas de edad avanzada con un incremento de problemas asociados a la misma como el prurito, disconfort y riesgo de lesiones por rascado. La disminución de la resistencia de la piel también va a incrementar el riesgo de desgarros cutáneos (Skin tears).

Cuando aparece alguno de los problemas antes mencionados en un paciente diabético nos enfrentamos ante dos problemas añadidos:

  • La dificultad en la cicatrización inherente a la diabetes.
  • El elevado riesgo de infecciones.

Es por ello que en el caso del cuidado del  paciente diabético, y bajo la óptica de la prevención, imprescindible en este tipo de pacientes debidos a los riesgos antes descritos,  hay que insistir en la necesidad de que se proporcione un adecuado cuidado de la piel para intentar disminuir el riesgo de deterioro de su integridad cutánea y extremar al máximo la prevención de eventos adversos como las lesiones por presión o las complicaciones en heridas quirúrgicas así como ante problemas como las dermatitis asociadas a la incontinencia o los desgarros cutáneos.

Para ello disponemos de sobrada evidencia científica, profesionales preparados y recursos generales y específicos para la prevención como los que incorpora el catálogo de productos de prevención de prevencionulcerasyheridas.com y la definición de contextos de  Seguridad del Paciente nos permite abordar de una manera mucho más efectiva los problemas de integridad cutánea en los pacientes diabéticos estableciendo su ocurrencia, analizando las causas, evaluando nuestras intervenciones y aprendiendo de los errores para evitar que vuelvan a aparecer y se perpetúen.

 

¡¡Feliz Jornada Mundial de la Diabetes¡¡ y que ojalá podamos reducir el impacto de esta enfermedad y sus consecuencias.

Una vez más las inversiones en prevención son infinitamente más rentables que gastar en tratamiento.

 

Joan-Enric Torra i Bou

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