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Unos de los actores fundamentales para la Seguridad del Paciente, a quienes con demasiada frecuencia se olvidan, son los pacientes y sus cuidadores informales.  En motivo de la Jornada Mundial sobre la Seguridad del Paciente, 17 de septiembre, me gustaría referirme a ellos…

En lo que atañe a la Seguridad del Paciente y la integridad cutánea, la mayoría de pacientes en riesgo están atendidos en sus domicilios y en centros sociosanitarios. En el caso de los domicilios, los pacientes son cuidados mayoritariamente por sus entornos familiares bajo la supervisión y soporte de las enfermeras comunitarias.

Si la Seguridad del Paciente ante eventos adversos relacionados con la integridad cutánea no deja de ser una entelequia o una mera declaración de intenciones en una gran mayoría de hospitales, que no todos, no les cuento lo que pasa en muchos centros sociosanitarios en los que los profesionales cualificados para liderar la Seguridad del Paciente brillan por su ausencia y nadie le pone el cascabel al gato a este importante problema, ni en el caso de los pacientes atendidos en su domicilio, y a la epidemiología  de las lesiones por presión en España me remito.

La implicación de los pacientes y de sus cuidadores informales, amén de la de sus cuidadores formales, es esencial para cumplir con el objetivo de la Seguridad del Paciente, evitar daños mientras los ciudadanos reciben atención de salud en los tres niveles asistenciales, atención primaria, atención especializada y atención sociosanitaria,

En el caso de los eventos adversos relacionados con la integridad cutánea, las lesiones por presión, lesiones por dermatitis asociada a la incontinencia, desgarros cutáneos y otras lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia, la mayoría de los pacientes en riesgo viven en sus domicilios o en centros sociosanitarios, mientras que los escasos esfuerzos que se hacen  en Seguridad del Paciente solo recaen en algunas instituciones de atención especializada, con una gran variabilidad entre ellas.

No podemos ver a la Seguridad del Paciente como acciones aisladas o compartimentadas en el Sistema de Salud; la continua transición de los pacientes entre los diferentes niveles asistenciales hace del todo necesario que veamos a la Seguridad del Paciente de manera integral, integrada y coordinada en todo el continuum de los cuidados, situando al paciente y a su entorno de cuidados en el centro del mismo.

En contextos institucionales como los hospitales o los centros sociosanitarios es una temeridad y una malversación de recursos  eludir la importancia de la Seguridad del Paciente y no hacer acciones decididas, de lo contrario los errores van a continuar ocurriendo y se van a perpetuar, perjudicando tanto a pacientes como a profesionales de la salud, a las instituciones y al mismo Sistema de salud.

La situación de los domicilios no deja de ser sorprendente en lo que hace referencia a la Seguridad del Paciente y la integridad cutánea; es en los domicilios dónde hay más pacientes con o en riego de deterioro de la integridad cutánea; los domicilios son el entorno más cercano y familiar para las personas dependientes, y en muchísimas ocasiones son la elección de muchas familias ante la alternativa de la institucionalización de sus seres queridos. Paradójica y peligrosamente,  los domicilios son  un entorno de nula prioridad para el Sistema de Salud en lo que hace referencia a la Seguridad del Paciente y la integridad cutánea.

 

La Seguridad del Paciente en integridad cutánea en los domicilios implica a muchos aspectos; significa tener la dotación adecuadas de  enfermeras comunitarias preparadas y  motivadas para poder enseñar a los cuidadores a cuidar a sus seres queridos, que sean  capaces de diagnosticar y tratar precozmente problemas de integridad cutánea y sobre todo que proporciones a los pacientes y sus entornos de cuidado los  recursos materiales necesarios  para el cuidado de la integridad cutánea (Cremas barrera, limpiadores de incontinencia, ácidos grasos hiperoxigenados, camas clínicas, superficies especiales para el manejo de la presión, ayudas técnicas para la movilización segura…)

Pero estas enfermeras poco podrán hacer si no se tiene en cuenta y no pueden ayudar  al eje de los cuidados en los domicilios, a los pacientes y, sobre todo, a sus entornos de cuidados.

Si Seguridad del Paciente es evitar errores en el transcurso de los cuidados de salud y aprender de estos para que no vuelvan a ocurrir, y les puedo asegurar que una lesión por presión, un desgarro cutáneo y una lesión por incontinencia son errores, debemos extender la Seguridad del Paciente a los domicilios, notificando y analizando los eventos adversos para aprender de ellos y tomar las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder.

Estas medidas seguro que cuestan dinero, pero el dinero invertido en ellas será mucho más rentable que el coste de tratar problemas de salud evitables.

Dotar a un domicilio de las ayudas técnicas necesarias (cama clínica, SEMP, ayudas a la movilización) para dar soporte a los cuidadores de los pacientes que viven él tiene un coste equivalente a 1-2 meses de ingreso en una residencia a cargo del erario público. El consumo mensual de materiales específicos (limpiadores cutáneos, cremas barrera, ácidos grasos hiperoxigenados, apósitos profilácticos)  para la prevención de LPP, lesiones por DAI, desgarros cutáneos u otras lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia representa una ínfima parte del coste de su tratamiento, amén de un incremento de la calidad de vida en pacientes y cuidadores. Y recuerden muchas familias desearían no tener que ingresar a sus seres queridos y poder vivir a su lado.

Traspasar la responsabilidad de los cuidados y de la dotación de recursos para la prevención exclusivamente a los pacientes y familias es escurrir el bulto por parte de la administración, amén de una transgresión a la ética y a la equidad, penalizando en la práctica al Sistema de Salud al forzar la institucionalización en costosos recursos asistenciales de personas, que con un coste mucho menor para la administración podrían estar atendidas en su entorno más inmediato y cercano, el domicilio.

Si la participación, implicación y empoderamiento de los pacientes y sus entornos debería ser una prioridad en el abordaje de la Seguridad del Paciente en hospitales y centros sociosanitarios, en el caso de la comunidad es del todo imprescindible.

Los pacientes y sus  cuidadores tienen muchísimo a decir acerca de la Seguridad del Paciente como primeras víctimas que son de muchos eventos adversos, su voz debe ser tenida en cuenta a la hora de plantear y priorizar estrategias de Seguridad del Paciente, y en el caso de los domicilios, de ayudar a identificar eventos adversos y analizar sus causas. De la misma manera, los pacientes y cuidadores deben ser tenidos en cuenta por parte de la industria a la hora de desarrollar nuevos productos y soluciones.

Seguridad del Paciente en la integridad cutánea sin políticas claras, decididas y dotadas de recursos que abarquen a todo el continuum de cuidados es una (peligrosa, no ética y no equitativa) entelequia.

Seguridad del Paciente sin tener en cuenta ni involucrar y hacer participar a los pacientes y a sus cuidadores es algo así como DESPOTISMO ILUSTRADO, todo para el paciente pero sin contar con el paciente…..

¡¡Feliz Jornada Mundial de la Seguridad del Paciente¡¡

 

Joan Enric Torra i Bou

 

 

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