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Verónica Vargas es un claro exponente de que junto a los pacientes con heridas siempre hay grandes profesionales, y que ser una gran profesional normalmente va acompañado de ser una gran persona. El caso de personas como Verónica es una clara evidencia de que vamos bien encaminados con  la teoría El cuidado con alma de las personas con heridas y que el cuidado de las personas con heridas es una ciencia y un arte que no tiene fronteras.

Verónica aúna tres grandes  pasiones, la enfermería, el cuidado de los pacientes pediátricos, y el cuidado de las personas con heridas. Os invito a que conozcáis a Verónica, y  permitidme que acabe con esta frase, ¡¡Que suerte tienen los pacientes pediátricos en Costa Rica de tener a una enfermera como Verónica!!

Verónica, háblanos un poco de tí.

Hola, soy Verónica, una enfermera pediátrica costarricense. Tengo 37 años, nací en Alajuela, Costa Rica,  mis padres se han dedicado toda la vida a la sastrería, crecí en una familia con mucho amor, mis padres siempre se esforzaron para darnos a mi hermano y a mí lo mejor.

Siempre me ha gustado hacer deporte, dediqué muchos años de mi vida al atletismo, ahí conocí personas a las cuales considero amigos que admiro muchísimo y estoy convencida que el deporte me ayudó a desarrollarme como persona.

Estudié Enfermería en la Universidad de Costa Rica, ahí conocí a quien sería mi esposo y padre de mis hijos, juntos construimos una familia muy especial.

En el año  2010 obtuve mi Licenciatura en Enfermería y ese mismo año inicié mi vida profesional en el Hospital Nacional de Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera de San José;  éste es el único hospital pediátrico de Costa Rica. Trabajé varios años en el Servicio de Emergencias y Consulta Externa, en este momento, entre otras muchas actividades, se brindaba atención médica de seguimiento a los pacientes con quemaduras u otras lesiones cutáneas en uno de los consultorios, lugar donde se solicitaba que enfermería realizara curaciones a dichos pacientes; fue ahí donde inició mi curiosidad por el apasionante mundo de las heridas.

En el año 2015 inicié mis funciones de enfermera en la “Clínica de Heridas” ahí fui conociendo más sobre apósitos y cremas;  recuerdo que me encantaba poder participar de las curaciones y dar seguimiento a cada paciente para ver su proceso de cicatrización, me parecía algo sorprendente como la piel era capaz de regenerarse en tan poco tiempo. Fueron estos pequeños detalles los que me impulsaron a buscar una formación académica en esta área para ejercer mi quehacer con mayor habilidad y conocimiento profesional.

Fue así como en año 2017 inicié un diplomado de heridas con modalidad semipresencial en la Universidad de Chile, esto vino a crear un impacto positivo en mi vida profesional ya que iniciaba con todo un saber completamente nuevo para mí.

La complejidad en la cicatrización de heridas de muchos pacientes pediátricos  frágiles en el hospital me motivó a seguir aprendiendo sobre como poder ayudarles en momentos donde ya todo parece imposible.

En el año 2020 buscando en la página del GNEAUPP información sobre formación académica universitaria en heridas, encontré el postgrado de “Enfermería de práctica avanzada en la atención integral a las personas con heridas y lesiones relacionadas con la dependencia”, en  el Campus Docent Sant Joan de Déu- Universidat de Barcelona y sin pensarlo dos veces inicié con el mismo. Las clases virtuales siempre fueron sincrónicas, eso representaba estar despierta a las doce y media de la noche noche para iniciar cada jueves con las lecciones; ¡es maravilloso que con un solo click se pueda estar conectado a tiempo real con otro continente!.

Actualmente  llevo alrededor de 8 años trabajando en la Clínica de Heridas y la ilusión de poder seguir curando con amor a quienes lo necesitan me motiva para despertar e iniciar mi día porque cada niño con heridas que llega a nuestras vidas es único y especial, ellos no solo nos permiten descubrir sus apósitos, sino también sus hermosos corazones los cuales están llenos de magia y sorpresas

Verónica, ¿qué relación tienes con el mundo del cuidado de las personas con heridas?

Mi relación con el mundo del cuidado de las personas con heridas consiste en la valoración, atención directa y seguimiento a los niños con heridas complejas y gastrostomías disfuncionales que se encuentran hospitalizados y en régimen ambulatorio. Formo parte del equipo de  la Clínica de Heridas del Hospital Nacional de Niños de mi país.

También he colaborado con el Colegio de Enfermeras de Costa Rica para brindar cursos de actualización para profesionales de enfermería relacionados con la prevención de lesiones cutáneas y seguridad del paciente en torno a la integridad de su piel.

¿Cómo entraste en este mundo?

Creo que nada es casualidad en la vida, recuerdo que en el año 2015 estaba pasando por una etapa muy dolorosa ya que recién había fallecido mi segundo hijo. Luego de un tiempo, cuando retorné al trabajo; la Clínica de Heridas se encontraba bajo la coordinación de una médico especialista en Manejo Avanzado de Heridas, ella conocía mi entusiasmo por los pacientes con heridas, por lo que me propuso trabajar a su lado.

Recuerdo que por un tiempo trabajé de manera ocasional tanto en el Servicio de Emergencias como también en la Clínica de Heridas, hasta que en el año 2017 la Dirección de Enfermería me asignó como Enfermera del Programa de Clínica de Heridas.  Este proyecto de iniciar con un programa nuevo para enfermería en el Hospital  Nacional de Niños representó para mí un reto profesional el cual acepté con mucho entusiasmo y felicidad.

Pienso que la forma de interpretar y procesar las circunstancias de la vida nos define como personas, y cada experiencia, aunque dolorosa nos ofrece una lección de la que aprender. Hoy comprendo que el propósito de la existencia de mi hijo me permitió averiguar qué era lo que me gustaba hacer y así la felicidad misma.

¿Cómo has visto y sentido la evolución del mundo del cuidado de las personas con heridas en tu trayectoria profesional?

Siento y percibo que el mundo del cuidado de las personas con heridas ha evolucionado a través de la investigación, la capacitación y el conocimiento aplicado que se transforma en experiencia.

Cuando inicié en el mundo del cuidado de las personas con heridas,  me impactó el ver tantos niños con lesiones por presión, dehiscencias de heridas quirúrgicas, complicaciones en sus gastrostomías, lesiones cutáneas asociadas a la humedad, entre otros más.

Con los años fui viendo como estos pacientes con heridas se han visto beneficiados de poder contar con enfermeras capacitadas en la prevención y el cuidado de su piel, y esto me hace muy feliz, como persona y como enfermera.

¿Cuál crees que es tu contribución o logro más importante en el mundo del cuidado de las personas con heridas?

Considero que éste logro ha sido el posicionamiento de la disciplina de enfermería en el abordaje integral de los niños con heridas en mi país. El iniciar como enfermera de un programa de heridas en un hospital pediátrico ha sido una oportunidad maravillosa en mi vida profesional para poder  estar al lado de unos  seres sorprendentes, los niños,  que me han enseñado como cuidar mejor de sus heridas.

Disfruto mucho haciendo diariamente mi labor y quienes me conocen saben que siempre he querido estar donde más me necesiten; así que en un futuro deseo lograr compartir con más enfermeras mi pasión por el cuidado de las personas con heridas y dejar en mi país un relevo generacional

¿Cuál es la experiencia con un paciente que más te ha impactado o que quieras compartir?

 En el Hospital conocí a una niña quien tuvo una dehiscencia de herida quirúrgica secundaria a una apendicectomía, cuyo proceso de cicatrización fue para mí una de las situaciones  más complejas a las que me he enfrentado. Esta paciente había sido diagnosticada un año antes de la cirugía con una enfermedad muy rara llamada mielofibrosis. Su hermano mayor había fallecido años antes debido al mismo diagnóstico. Esto representaba, tanto para ella como para sus padres, una experiencia de vida muy dolorosa.

Sin embargo, las muestras diarias de coraje de esta niña para luchar por su vida, el apoyo de su familia y el trabajo multidisciplinario de muchos compañeros en el hospital hicieron posible que su herida pudiese cicatrizar y así volver a su hogar tras más de seis intervenciones quirúrgicas y varios meses de hospitalización.

Verónica, ¿Hay alguna anécdota  en relación al cuidado de personas con heridas que te gustaría contarnos?

Este mundo nuestro  está lleno de sorpresas y a mí me aguardaba una muy especial, y es que cuando menos lo esperamos, nos encontrarnos con tesoros maravillosos. Les contaré esta historia; hace unos años atrás, recibí una interconsulta para valorar a una paciente con una gastrostomía disfuncional; la paciente presentaba fuga importante de alimentos y lesiones cutáneas crónicas alrededor de su estoma. Se trataba de una niña que vivía en un albergue debido a una situación de riego social en la que se encontraba con su familia natal. Cuando llegué a la habitación de esta niña, su ternura y encanto me enamoraron.

Por designio de la vida esa niñita se volvió mi hija del corazón, y hoy en día convive en acogida como un miembro más de nuestra familia y cada mañana disfruto de su sonrisa con la que me llama “mamá”

¿Cuál crees que es el reto más importante que tenemos hoy en día en el cuidado de las personas con heridas?

Difícil pregunta….probablemente  el reto más importante que tenemos hoy en día en el cuidado de las personas con heridas es alcanzar un efecto multiplicador del conocimiento. La educación en el cuidado de las personas con heridas es la piedra angular sobre la cual podemos construir una base sólida para la prevención de lesiones cutáneas, así como para la promoción de las buenas prácticas clínicas.

¿Cuál es tu asignatura pendiente en relación con el cuidado de personas con heridas?

Creo que la mejor manera de seguir ayudando a otros es mediante la constante búsqueda del saber. Este mundo del cuidado de las personas con heridas es interminable e infinito, siempre hay algo nuevo por descubrir.  Me encanta la investigación y espero en algún momento poder cumplir mi sueño, realizar en España un doctorado en heridas y seguir generando nuevo conocimiento. De esta manera podré seguir ayudando a mis tres grandes pasiones, la enfermería, los niños y el cuidado de las heridas

Verónica, ¿Cómo ves hoy en día la Seguridad del Paciente relacionada con la integridad cutánea?

Una de las responsabilidades que nos corresponden a los enfermeros es garantizar al paciente su seguridad en relación con la integridad cutánea;  sin embargo, las estadísticas expresan que tanto la prevalencia como la incidencia de las lesiones por presión, también en los pacientes pediátricos,  son muy elevadas, y esto quiere decir que hay cosas que no se hacen bien.

La necesidad de personal enfermero en muchos centros de salud, así como la sobrecarga de funciones y la carencia de insumos básicos o  el mal estado de los mismos, dificulta la adecuada atención de  los  usuarios y los expone a un elevado  riesgo de lesión, casi todas ellas prevenibles.

Sin lugar a dudas la prevención es, o debería ser, la piedra angular de los cuidados de enfermería, y la enfermería debe incorporar en su ADN su compromiso con la Seguridad del Paciente.

¿Qué le recomendarías a un futuro profesional de enfermería  que se esté formando en relación con el cuidado de personas con heridas?

Para alcanzar en la vida un objetivo se requiere de esfuerzo y tiempo, no siempre el camino será fácil, sin embargo, cuando sientes la pasión por lo que haces; tarde o temprano tu momento llegará; solamente es necesario tener paciencia, prepararse debidamente y disfrutar del viaje.

¿Te gustaría explicarnos algo más de tu vivencia con el cuidado de personas con heridas  o sencillamente algo más que quieras compartir?

 Algunos días tendremos experiencias que nos parecerán bonitas y satisfactorias, pero habrá otros días en que el trabajo será difícil y decepcionante. Sin embargo, en todo lo que nos sucede cada día  hay lección que aprender y lo esencial es seguir adelante con determinación, confianza y convencimiento.

Verónica, cuéntanos, ¿Cómo y cuando conociste a Joan Enric?

Tuve el gusto de conocer a Joan Enric en el posgrado de heridas del Parc Docent Sant Joan de Déu- Universitat de Barcelona en el año  2020. Con él aprendí muchísimo en clases, también fue mi tutor, él me enseñó mucho más que teoría, me enseñó a ver de la nada una oportunidad para seguir adelante. En el 2021 tuve el agrado de conocerlo en persona, tiene un espíritu que motiva e inspira a seguir en esta gesta cuyo objetivo es el bienestar de las personas que más requieren de nosotros.

Y como que no solo de heridas viven l@s  heridólog@s, recomiéndanos una canción/música (podéis escucharla en nuestra  lista de Spotify).

 Fácil y difícil…. Hijo de Hombre. Phil Collins

Recomiéndanos un libro.

 “El monje que vendió su Ferrari” de Robin S. Sharma.

Este libro ha sido la brújula que ha guiado mi norte y llegó a mis manos cuando más lo necesitaba. Aunque se basa en una fábula espiritual muy simple, en ella contiene un tesoro invaluable, el secreto de la felicidad y el éxito interno. Y es que, aunque parece ser algo sencillo, en realidad no lo es. Vivimos en un mundo muy acelerado, donde todo parece ser importante y se nos exige lo mejor, es en ese momento donde empezamos a vivir deprisa y descuidamos los pequeños placeres de la vida. Sin embargo, Robin S. Sharma, autor de este relato nos enseña una serie de virtudes que nos ayudará a mejorar tanto nuestra vida como la de los que nos rodean. Comparto con ustedes la frase que me cautivó del libro:

El secreto de la felicidad es simple: averigua qué es lo que te gusta hacer y dirige todas tus energías en esa dirección”.

Por ello les recomiendo su lectura y así puedan descubrir otras riquezas para su alma.

Recomiéndanos un lugar especial. 

Tengo el privilegio de vivir en un país lleno de maravillas de la naturaleza…, entre ellas me gustaría destacar el  Parque Nacional Chirripó, en Costa Rica.

El cerro Chirripó representa aquel espacio donde la vida es eterna, donde lo que amamos llega a ser inmortal y donde pude reencontrar mi vitalidad, entusiasmo y significado.

Estuve por primera vez en la cima de esta montaña el día en que liberé las cenizas de mi hijo y pude así cumplir con la promesa que una vez en vida le hice de que iba a ser completamente libre.

Luego de mi primer viaje en el 2015 seguí yendo cada año y cuando camino por este mágico lugar no puedo dejar de sentir que él me está esperando.

No perdí a un hijo, ¡¡¡el cielo ganó un ángel!!!, y este ángel guía cada día nuestras vidas.

Muchas gracias, ¡¡que gran placer y honor haber podido conocer a personas como tú!!.

 

Joan Enric Torra i Bou

 

Un Comentario

  • Ruth Maria Bardon Matos dice:

    Linda entrevista, esboza la real dimensión que debe tener un enfermero que se dedica con gran humanidad y pasión a su profesión, siendo humamo y doliente como tal a l vez, esa sensibilidad a flor de piel para cuidar a la persona con heridas, espwcialmente a aquellos que empiezan a vivir. Vida llena de elementos y experiencias aleccionadoras y de mucho amor. GRANDE VERONICA!, GRANDE MENTOR JOAN ENRIC!

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