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Un año más, hoy 12 de Mayo, se celebra la Jornada Mundial de la Enfermería, una jornada dedicada a reconocer en todo el mundo el esfuerzo de millones de personas que hemos decidido dedicarnos profesionalmente  a algo tan bello como es el cuidar de la salud de los demás.

“Sin la contribución de las enfermeras no se puede garantizar un derecho humano básico como es el derecho a la salud, de la misma manera que sin enfermeras  el Sistema de Salud no puede funcionar de una manera efectiva, equitativa y segura.”

 

Las enfermeras estamos acostumbradas a las buenas palabras y a las supuestas buenas intenciones de quienes rigen los destinos de la atención de salud, de la misma manera  sabemos que con solo buenas palabras y buenas intenciones por parte de los políticos y gobernantes no se pone solución a los problemas a los que se enfrenta y pone en peligro el presente y el futuro de nuestra profesión

Las enfermeras no lo olviden, también somos personas y profesionales con una alta cualificación, y como tales queremos ser reconocidas profesionalmente, queremos que la sociedad valore el esfuerzo que realizamos, queremos crecer como personas y como profesionales a lo largo de nuestra vida laboral, queremos estar bien retribuidas, queremos conciliar nuestra vida laboral y personal y también queremos poder trabajar de una manera segura y agradable ante los retos y circunstancias que generan el cuidar de la salud de las personas.

De la misma manera que la atención de salud, y por ende, la atención de enfermería se basan en la aplicación del método científico en la valoración, planificación, establecimiento de planes de actuación, evaluación de sus resultados e impacto y previsión  de posibles riesgos y situaciones futuras en base al conocimiento científico, es muy importante que la sociedad, y sobre todo, quienes la gobiernan, tengan en cuenta la situación actual y las perspectivas futuras de la enfermería para poder seguir en el futuro contando con enfermeras, tanto en cantidad, como en calidad, y por tanto, poder seguir celebrando nuevas Jornadas Mundiales de la Enfermería.

No reconocer que la Enfermería  se enfrenta a problemas cruciales para su futuro es sencillamente negar la evidencia y adoptar  una actitud negacionista de gran temeridad, que insisto, pone en riesgo del derecho a la salud de la población y que a la par injustamente frustra y pone en riesgo las expectativas de millones de personas  en todo el mundo que han elegido ser enfermeras

Y como síntoma de esta situación, uno de los principales problemas a los que se enfrentan, tanto la sociedad como las mismas enfermeras es la falta de enfermeras.

¿Por qué faltan enfermeras?

La escasez de enfermeras en los países occidentales es un problema complejo con enormes repercusiones reales y potenciales para los Sistemas de Salud influenciado por múltiples factores entre los que podemos destacar:

  1. Agotamiento y estrés laboral. En los países occidentales Un porcentaje significativo de enfermeras manifiestan sentirse agotadas y estresadas debido a las largas horas de trabajo y la alta carga de trabajo, lo cual ha sido exacerbado por la pandemia de COVID-19. Este agotamiento contribuye significativamente a que una gran cantidad de enfermeras dejen la profesión.
  2. Condiciones de trabajo desfavorables. Muchas enfermeras se enfrentan a diario a condiciones de trabajo que perciben como inseguras o insatisfactorias debido a la falta de una adecuada planificación y organización de las instituciones de salud con déficits y problemas que se perpetúan, así como la presión de trabajar fuera de su zona de confort​ y en entornos de gran estrés atendiendo a situaciones muy complejas.
  3. Las plantillas infradotadas. La escasez de personal agrava la situación, ya que las enfermeras existentes deben manejar cargas de trabajo más pesadas, lo que lleva a un mayor desgaste y a un empeoramiento de  las condiciones de trabajo. En algunos entornos asistenciales, la falta de otros profesionales cualificados como los médicos obligan a que las enfermeras se vean obligadas a asumir actividades que no son de su incumbencia y para las que no han sido formadas ni cuentan con un adecuado respaldo legal.
  4. Retribución inadecuada. Las enfermeras a menudo sienten que la compensación que reciben no refleja adecuadamente la carga de trabajo y las responsabilidades que asumen, lo cual disuade a potenciales nuevos ingresos en la profesión y motiva a las enfermeras actuales a buscar mejores oportunidades, cambiar de carrera o dejar de trabajar.
  5. La demografía. Un gran número de enfermeras están alcanzando la edad de jubilación al mismo tiempo que aumenta la demanda de servicios de enfermería debido al envejecimiento de la población general. Por otra parte, el alargamiento de la edad de jubilación hace que nos encontremos con profesionales que deben atender las mismas cargas de trabajo que profesionales 30 40 años más jóvenes que ellas.

Estos factores combinados crean un ciclo vicioso que hace difícil atraer y retener a las enfermeras necesarias para satisfacer las necesidades de los sistemas de salud​​. Para abordar estas cuestiones, se necesitan mejoras en las condiciones de trabajo, aumentos en la retribución, y que los sistemas de salud y las instituciones de salud pongan en marcha estrategias de captación y retención de talento, tal como hace cualquier institución u organización que valora y tiene en cuenta  a su recurso más importante, sus  recursos humanos

 

Y de los países de nuestro entorno a España.

En el caso del estado español, a los factores generales antes descritos debemos añadirle dos hechos concretos, la necesidad de retribuir a las enfermeras, una disciplina científica, de acuerdo con el grupo A1 y que partimos de un déficit histórico en el ratio de  enfermeras por habitante

Así, en España, el ratio promedio de enfermeras por cada 1,000 habitantes es significativamente menor en comparación con la media europea. Según datos de la OCDE (2020), España cuenta con aproximadamente 5.7 enfermeras por cada 1,000 habitantes, lo que está por debajo de la media de la Unión Europea de 8.6 (OCDE, 2020).

Países como Suiza y Alemania presentan algunos de los ratios más altos, con 18.0 y 13.0 enfermeras por 1,000 habitantes, respectivamente (Eurostat, 2021). Esta disparidad sugiere diferencias significativas en la asignación de recursos humanos en salud dentro de Europa.

Consecuencias de la falta de enfermeras en la Seguridad del Paciente

La falta “crónica” de enfermeras en España, además de afectar a sus condiciones directas de trabajo, representa también potenciales riesgos para la calidad asistencial y la Seguridad del Paciente.

Existe abundante evidencia científica que correlaciona los ratios de profesionales, y la calificación de los mismos (de enfermeras no universitarias a enfermeras universitarias),  con mejores indicadores de Seguridad del Paciente, como menores tasas de infecciones del sitio quirúrgico, de infecciones en vías venosas, menor incidencia de lesiones por presión y otros indicadores como la menor duración de las estancias hospitalarias, menor mortalidad hospitalaria y mayores tasas de reanimación cardiopulmonar.

En la Seguridad del Paciente y en la calidad asistencial también se puede aplicar la máxima de que “Ojos que no ven (o no quieren ver), corazón que no siente.” Si no hay datos concretos o estudios, algunos pueden mirar temerariamente hacía otro lado, pero por citar uno de los múltiplos  ejemplos que hay en la literatura científica,  Aiken et al. encontraron en un estudio en hospitales en los Estados Unidos,  que  tras ajustar por características del paciente y del hospital (tamaño, situación docente y tecnología), cada paciente adicional por enfermera se asoció con un aumento del 7% (odds ratio [OR], 1,07; intervalo de confianza [IC] del 95%, 1,03-1,12) en la probabilidad de morir en los 30 días siguientes al ingreso y un aumento del 7% (OR, 1,07; IC del 95%, 1,02-1,11) en las probabilidades de fallo en la reanimación cardiopulmonar. También describieron que  tras ajustar por características de la enfermera y del hospital, cada paciente adicional por enfermera se asoció con un aumento del 23% (OR, 1,23; IC 95%, 1,13-1,34) en las probabilidades de burnout  y un aumento del 15% (OR, 1,15; IC 95%, 1,07-1,25)  y un aumento del 15% (OR, 1,15; IC 95%, 1,07-1,25) en las probabilidades de insatisfacción laboral.

Este hallazgo subraya la necesidad de políticas que garanticen ratios adecuados para mejorar los resultados asistenciales y reducir la mortalidad, así como mejorar la satisfacción y la retención de  las enfermeras en las instituciones.

La evidencia sugiere que aumentar el número de enfermeras, no solo mejora los resultados de salud directos, sino también potencia la capacidad de las enfermeras para realizar intervenciones preventivas y educativas, esenciales para la mejora continua de la seguridad del paciente, a la par que mejora las condiciones de los profesionales y disminuye el “burn out”.

 

La calidad de vida del trabajo enfermero en España

Además de la precariedad laboral,  la mala retribución y el impacto de la falta de enfermeras en las cargas de trabajo, podríamos citar muchos más elementos que inciden en la calidad de vida de muchas enfermeras.  Uno de ellos relacionado con la enfermería hospitalaria  es el impacto de los turnos rotativos  (mañana, tarde y noche), así como los turnos continuados de doce horas y la mala planificación del trabajo en festivos, que además de estrés y frustación, producen en la práctica un gran  trasvase de profesionales  (con gran experiencia y cualificación) de los hospitales a la atención primaria, con lo que se desviste un santo para a la par desvestir a otro al  dejar escapar talento de los hospitales, y en no pocas ocasiones, dotar a la atención primaria de enfermeras que, ”a priori” carecen de la formación necesaria para afrontar las funciones de la enfermería comunitaria, todo ello como la única salida posible a una supuesta mejora de sus condiciones de trabajo imposible tras largas carreras en los hospitales, ¡¡mayor despropósito imposible!!

Otra amenaza a la enfermería en España viene de la mano de la demografía. En los próximos años vamos a asistir a la llegada a la edad de jubilación de las enfermeras del “baby boom” y esto se va a traducir en la salida del Sistema de Salud de una gran cantidad de enfermeras.

Otra paradoja es que en España hay colectivos como las fuerzas de seguridad, los bomberos y los profesionales de la docencia del sistema público que pueden acceder a la jubilación a los 60 años debido a la supuesta  de trabajo, circunstancia que no se contempla para la enfermería….y para más INRI en un contexto de alargamiento de la edad de jubilación a los 67 años (de momento).

¿Alguien en su sano juicio se puede imaginar una enfermera de 66 años trabajando  en las mismas condiciones de horarios, turnos y cargas de trabajo que una recién egresada?

 

Y del presente al futuro.

El futuro no se entiende si analizar el pasado y el presente, y el futuro de la enfermería en España no es nada halagüeño.

En otros posts ya he hablado del tema… ¡¡no se trata de formar a nuevas enfermeras como churros!!,  para algunos peligrosamente la única y cortoplacista estrategia para solucionar un problema mucho más global, que si no se soluciona en conjunto (mejor retribución, mejores condiciones de trabajo, plantillas adecuadas a las cargas de trabajo, reconocimiento y carrera profesional, conciliación con la vida familiar…), y sin coger el toro por los cuernos, lo único que se hace es hacer mucho más grande la bola de nieve hasta que ésta sea ingobernable, y ¡¡a “rio revuelto, ganancia de pescadores y la salud universal al garete”!!”

En relación con la entrada de  nuevas enfermeras al sistema, la reciente epidemia de COVID puso en relieve la importancia de la enfermería y se tradujo en que la enfermería fuese una carrera con alta demanda y notas de acceso elevadas, ahora bien, dos años después…, los políticos ya no se acuerdan del COVID (y algunos esconden descaradamente el efecto de sus nefastas decisiones) y nos amenaza la vuelta en breve  a la ortodoxia presupuestaria, que guste o no guste, se va a traducir en menos recursos  económicos para el Sistema de Salud, por lo que….

¡¡Si no se crean las condiciones para que sea agradable y satisfactorio trabajar en un entorno tan duro, y a la vez apasionante, como es el Sistema de Salud, nos vamos a quedar sin profesionales!!, ya que o no va a ser atractivo estudiar enfermería, o las enfermeras recién egresadas van a abandonar la profesión o se van a ir a otros países dónde se las trate mejor.

Por ello es fundamental que se tenga en cuenta para las futuras enfermeras:

  • Una formación universitaria de calidad y eminentemente clínica  acorde con la realidad asistencial y las perspectivas de su contribución activa al Sistema de Salud.
  • Unas condiciones laborales dignas, estables y compatibles con la vida personal y familiar.
  • Una remuneración adecuada a su esfuerzo y responsabilidad profesional acorde con otras carreras que exigen igual talento y dedicación.
  • Defiinir puestos de trabajo que permitan desarrollar al máximo el potencial de la enfermería.
  • Establecer políticas de contratación que faciliten la retención del talento profesional.
  • Crear entornos laborales que minimicen el impacto emocional y el burn-out.
  • Asegurar la posibilidad de desarrollo personal, científico y profesional de las enfermeras en los diferentes entornos en los que trabajan.
  • Que las diferentes administraciones se crean y aprovechen las enfermeras de las diferentes especialidades EIR  dándoles prioridad en las convocatorias y selecciones de personal.
  • Y el reconocimiento de su trabajo y contribución al sostenimiento de la salud por parte de la sociedad y del Sistema de Salud..

No aprender de los (muchos) errores cometidos, es engañar y frustar a una parte de nuestra juventud, no aprovechar su talento, malbaratar recursos públicos que pagamos entre todos y que cada vez vamos a tener menos personas que quieran estudiar Enfermería y las que lo hagan, cada vez van a durar menos en el Sistema de Salud.

Como pueden ver, todos los ingredientes para una tormenta perfecta en la que todos, tanto las enfermeras, como  la ciudadanía, de bien seguro  vamos a salir perjudicados.

Perdonen la extensión y el tono, pero el tema creo que vale la pena…

 

Joan Enric Torra i Bou

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